| Knowing you |

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Capítulo 1.

Debido a mi frágil cuerpo, siempre he tenido problemas; mis compañeros se burlaban de mi por siempre estar con escayolas y muletas, otros me envidiaban por saltarme las clases de gimnasia, aunque siempre deseé ser una niña normal. A medida que fui creciendo, mi cuerpo se fortalecía, pero era más débil que los demás; ya no me "rompía" con tanta facilidad como antes, pero siempre tenía alguna fractura por año. Al estar a mitad de curso, estábamos en época de exámenes, pero no me preocupaba por ser la mejor de mi clase, nunca tuve ninguna preocupación por no entender algo y siempre contestaba bien en los exámenes. Mis padres dicen que mi gran inteligencia es debido a la falta de un cuerpo fuerte, aunque tenía un sistema inmunológico impecable, casi nunca me constipaba. Ahora era la hora de gimnasia, pero tenía justificación para faltar a las clases, así que me iba a la biblioteca a estudiar para los exámenes. Mientras estudiaba, escuché golpes provenientes del pasillo. Aunque no le presté mucha atención, si molestaban un poco, pero seguí estudiando para el siguiente examen. En eso se abre la puerta y deja ver a unos cuantos chicos del curso superior, ni les dirigí la mirada. Uno de ellos se sentó a mi lado, quitando mi mochila y tirándola al suelo bruscamente, se me quedó mirando como escribía con rapidez. Al querer coger un libro algo alejado de mi, el chico puso su mano encima del libro, impidiendo que lo cogiera.

- ¿Podrías mover tu mano? - pregunté con tranquilidad, no quería problemas, y menos con unos pandilleros rompe-huesos.

- No, ¿que hace una niña como tu en la biblioteca en hora de clase? - preguntó de vuelta, burlándose de mi. Al fijarme más me di cuenta de que parecía una mujer al llevar el cabello largo, aunque llevaba el uniforme de chico y una mascarilla negra, tapando la mitad de su cara. Volví a mi sitio sin rechistar, pero él volvió a hablar. - Tu eres Y/N L/N, ¿cierto? - me acercó el libro, parecía un buen tipo.

- Si, ¿tienes algún problema conmigo? - respondí, cogiendo el libro y abriéndolo por la primera página.

- No, ya veo que eres una mujer aplicada, eso me gusta. - dijo. Cerré el libro de golpe.

- ¿Qué queréis de mi, o, que quieres tu? - pregunté observando sus profundos ojos azules y sus largas pestañas, si, definitivamente parece una mujer.

- Nada, solo me quedaré a mirarte. - terminó de deci eso y se recostó en sus brazos, quedándose mirando a mi mano mientras escribía. Volví a abrir el libro por la misma página y comencé a estudiar de nuevo, así estuvimos hasta que sonara el timbre del recreo. Así que recogí mis cosas y las puse en mi mochila. Antes de que dejara la biblioteca, el chico de pelos largos me agarro de la muñeca, dijo que me esperaría a la salida de clases. Asentí y me fui a mi salón para tomar el siguiente examen, Biología.

Al salir de clase, me encontré a un par de chicos apoyados en la puerta de entrada. Al acercarme a ellos observaba que también eran pandilleros, que estaban fumando y que no eran de esta escuela. Toque el hombro de uno de ellos y se giro a mirarme, al notar la diferencia de altura, puso una pose algo amenazante, pero no me asusto. Pregunté por el pelilargo y me dijeron que ellos también lo estaban buscando. Al rato, uno de ellos me tomó de la mano y me acerco a él.

- Eres muy linda, ¿cómo te llamas, preciosa? - preguntó tomando mi mandíbula con su mano, haciendo que le mirara y al mismo tiempo me hacía daño de lo fuerte que apretaba.

- Soy- - antes de que continuara, una mano tomó la mía y me llevó lejos de allí, los otros dos chicos corrían detrás de nosotros, persiguiéndonos. La persona que me llevó lejos de ellos era el pelilargo. Corrimos hasta un callejón, despistándolos. Debido a la situación, yo me encontraba contra la pared, y frente mía estaba él, con su antebrazo apoyando la pared encima de mi cabeza. Mantuve la cabeza baja hasta que él habló.

- Creo que ya se fueron. - se retiró dejándome espacio. Salimos del callejón sin que la gente estuviera cerca y hablé.

- ¿Qué querías antes? Es extraño que la gente se acerque a mi por mi condición débil, además de que soy una empollona. - hablé queriendo aclarar mi duda. No sabia que quería de mi, ni porque se acercó a mi. Se notaba desde lejos que es el tipo de persona vulgar y despreocupada por todo, no se lo que vio en mi.

- Ya te dije, no quiero nada de ti. Solo quiero conocerte más. - respondió sin mirarme. Paré en seco mirándolo sorprendida, a nadie le importaba lo que me pasara, menos a mis padres.

- Pero- - me interrumpió. Tomó mi mano con fuerza, haciéndome caminar con rapidez.

- Te llevaré a casa. - dijo. Me pareció muy lindo de su parte hacer eso para mi, se notaba que era una buena persona. Sonreí con sus palabras. Me adelanté para estar a su misma altura y me pegué a su hombro. No parece que le haya importado porque no me alejo en ningún momento. Así duramos todo el camino a mi casa, como una pareja enamorada.

- Es aquí... - dije parándome en seco, haciendo que él también parase.

- Mañana vendré a buscarte también, te espero a las siete en punto. - se separo de mi y empezó a andar al sentido contrario a donde vinimos. Agaché la cabeza y saque las llaves de mi casa mientras caminaba a la puerta. Al abrir la puerta, mi madre me recibió con un gran abrazo de bienvenida, mi hermanito también vino a darme un abrazo, él solo tenia dos años, por lo que aún le costaba andar un poco. Gracias a dios, él no tenía la enfermedad que yo padecía, por lo que si se caía, solo tendría una pequeña moradura.

Subí a mi habitación para prepararme para seguir estudiando, colocando mi mochila al lado de mi mesa y mis libros en montaña en una esquina de la mesa, haciendo el espacio necesario para poder escribir y leer cómodamente. Al principio de mi estudio, estuve concentrada, escuchando música algo relajada, hasta que en algún momento me distraje y deje de estudiar. Me levante de la silla y me tumbé en mi cama. Cogí mi teléfono y mire la hora, viendo que eran las 20.27. Apagué mi teléfono y lo deje a un lado, llevando mis manos a mi cara, tapándola haciendo una bolita con mi cuerpo.

- Se me olvidó preguntar por su nombre... - fue lo único que salió por mi boca.

A student's life - Haruchiyo Sanzu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora