Capítulo catorce

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Y la noche llegó.

Tokiya apagó la luz y se metió en la cama junto a Otoya. Reiji ya estaba durmiendo.

-No hagas nada raro, ¿vale? -le advirtió Otoya a Tokiya en voz baja.

-No, no -contestó Tokiya con una suave risita.

Tokiya se metió en la estrecha cama, donde casi no había espacio para los dos. Otoya agradeció que estuviesen a oscuras, porque estaba muy sonrojado. De repente sintió los brazos de Tokiya a su al rededor.

-¿¡Q-Qué haces!? -susurró.

-Así cabremos los dos mejor -dijo Tokiya sonriendo un poco.

Otoya no dijo nada. Puso los labios sobre su pecho. Cerró los ojos. Tokiya olía muy bien... Aspiró su olor. Ese olor indescriptible hacía recordarle a una noche estrellada, a un crepúsculo. Sonrió un poco, casi dormido. De repente sintió cómo una de las manos de Tokiya bajaba por su espalda. Abrió los ojos. Tokiya se movió. ¿Qué estaba haciendo? No podía ver nada.

-Toki... ¡Hm! -Sus palabras se callaron al sentir los labios de Tokiya contra su boca. Cerró sus ojos fuerte. ¿En qué pensaba? Como Reiji los descubriese...

Sintió cómo Tokiya abrió los labios contra los suyos. Consumido por el deseo y el amor que sentía hacia Tokiya siguió el beso, haciendo lo mismo. Tokiya ahora estaba encima de él con los codos apoyados a los lados de su cabeza. Otoya rodeó su cuello con sus brazos, sus mejillas de un tono rosáceo. De repente escuchó cómo Reiji murmuraba algo en sueños y se reía. Abrió un poco los ojos y volvió a cerrarlos invadido por el beso. Tokiya ladeaba de un lado a otro su cabeza, alternando. Sintió su lengua en su boca, mientras jugueteaba con la suya. Se separaron unos instantes para coger aire.

-Toki... -consiguió pronunciar Otoya antes de que volviera a sentir sus labios.

Entre tanta oscuridad Otoya solo podía distinguir unos pocos mechones del oscuro pelo de Tokiya, encima suyo. Tokiya se separó de él y comenzó a dejar un reguero de besos.

-¡Hmm...! -exclamó Otoya y alzó la barbilla sintiendo cómo sus besos bajaban por su cuello.

-Otoya, te quiero... -susurró Tokiya contra su piel.

-Yo... Yo también te quiero... -dijo Otoya abriendo un poco los ojos.

Tokiya volvió a besar sus labios.

Cuando el sol se coló por la ventana Otoya se despertó por la luz. Tenía la cabeza apoyada sobre el pecho de Tokiya, los dos mirando hacia arriba, enredados entre las sábanas. Se frotó los ojos, bostezando. Parece que su bostezo despertó a Tokiya, porque comenzó a moverse. Otoya se incorporó para que pudiera levantarse. Tokiya también bostezó y se incorporó hasta quedar sentado, con la espalda contra la pared.

-¿Qué tal has dormido, amor? -preguntó Tokiya medio dormido con una pequeña sonrisa.

-Muy bien -contestó Otoya de la misma forma, con los ojos entreabiertos por el sueño. De repente los dos abrieron los ojos de par en par al recordar que Reiji seguía ahí y se levantaron a trompicones para asomarse a la cama de Reiji. Estaba vacía y hecha.

Otoya suspiró aliviado. Si Reiji hubiera oído a Tokiya llamar ''amor'' a Otoya podría haberse liado una buena. Miró por la habitación; tampoco estaba por allí.

-Humm... Otoya... -dijo Tokiya.

Otoya se giró.

-¿Qué ocurre?

-Hay algo que deberías saber... y quizás no te guste mucho. -Tokiya estaba mirando el cuello de Otoya.

Otoya abrió mucho los ojos y se fue corriendo al baño, temiendo lo peor. Cuando se vio en el espejo vio marcas rojas en su cuello. Abrió y cerró la boca como un pez, sin saber qué decir. Tokiya apareció detrás de él con los labios torcidos.

Idol's Love: First melodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora