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Es la indicada, lo sé

Lo siento, Alec. Pero, tenemos que sacarla de aquí, esto no es bueno para ella y lo sabes.

Ella puede, sé que es fuerte. Solo sigue el plan y ya.

Le estás haciendo daño, es que ¿No te das cuenta? Esto es mucho para ella.

Solo hazlo y ya, Hannah. No me hagas enojar.

Es solo una niña, una niña a la que alejaste de su familia, solo por capricho. Porque aún no me como eso de que "me enamoré de ella".

Tú no sabes nada de mi vida, Hannah. ¿Qué más te da lo que haga o no? Es mi decisión, y la quiero conmigo, ya está. Fin de la discusión

Te vas a arrepentir de esto y yo no te voy a salvar el culo.

Tampoco he necesitado que lo hagas, no me interesa lo que pienses.

Le estás quitando la decisión de poder elegir. Así no es como hacemos esto, y no quiero tener que recordarte lo que pasó con Anabel, por el mismo capricho tuyo.

Está vez es diferente, ella es la indicada, lo sé.

Eso mismo dijiste sobre las otras 4 y mira dónde estamos.

¡YA BASTA! Es ella y ya. Damos terminada la sesión de terapia, sabes lo que tienes que hacer.

Okey, como quieras, señor mandón. Solo quería dar mi opinión.

Pues no lo hagas y hazme caso.

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Me desperté y estaba en una cama bastante grande para que fuera yo la única que estuviera ahí. Las sábanas eran blancas y de seda, las almohadas eran de un color azul claro y más grandes que mi cabeza, estaba llena de pequeños cojines y varias mantas estaban cubriéndome.

Me levanté para poder admirar mejor el dormitorio donde me encontraba, era muy amplio y grande para una sola persona —o sea, yo—, tenía una pequeña mesa para desayunar en la esquina de la ventana, junto con 2 pequeñas sillas muy cómodas, me di la vuelta y me topé con la puerta de lo que supuse sería el baño y vestidor. Lo que no esperé fue que el vestidor fuera tan increíblemente grande, tuve que aguantar un grito cuando crucé la puerta; había vestidos largos y cortos, zapatos y tacones, blusas, pantalones, suéteres, camisetas y hasta pantalones cortos, de todos los colores y todos de mi talla.

Todos eran preciosos, pero después lo vi.

Estaba colgado en un cancho a la mitad del vestidor, envuelto en una funda de seda para que no se ensuciara, y tenía una nota. La abrí y me puse a leerla:

Sé lo mucho que te encanta este color, así que
Quise darse este obsequio para que me des una
Oportunidad de explicártelo todo, Lizzie.
Póntelo esta noche y cena conmigo al atardecer,
Te espero en el lago, cruzando el puente.

Alec.

Después de leerla, procedí a ver el dichoso vestido que trajo para mí, pero no esperé que fuera tan perfecto: era de un azul oscuro, mi color favorito, casi como la noche, era de tirantes y pegado de la parte de arriba, en la cintura salían unas golas y le caían de forma recta hasta los pies.

También había un collar plateado de diamantes y sabía exactamente con cuáles zapatos lo usaría, eran muy sencillos, pero bastante elegantes, también eran plateados, para que combinarán con el collar. Así que me dispuse a arreglarme, eran las 3 de la tarde, así que me apresuré; me hice un recogido de media cola y maquillé un poco, después de eso salí por el patio de la casa en donde estaba, parecía una mansión, era demasiado grande y muy elegante.

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