Cielo.
Abrí un poco los ojos y lo primero que noté fue una venda y un suero en mi brazo, ¿Otra vez? Dios que paja.
Recordé como llegué acá y quise morir de la vergüenza.
―Cielo, que susto nos diste. ―Miré y mi tia, con la mirada cansada, toma mi otra mano entrelazandola y dejando un beso en esta. ― Casi me matas de un infarto, bobita.
Reímos apenas y un nombre pasó por mi mente.
―Mateo. ―Le dije y me miró confundida. ―¿Dónde está Mateo? Él me trajo, ¿No? ―Soltó mi mano para ir a la puerta y llamar a alguien, creí que era él pero no, sus papás.
―Ya estás bien nena, lindo susto. ―Dice en chiste Pedro y le sonrío. ―¿Cómo te sentís?
―Mejor si me dijeran donde esta Mateo, ― Nadie dijo nada, ¿Se había ido? ― Se fue, ¿No?
Cuando ya me estaba decepcionado, Juliana soltó la carcajada. ―Quédate tranquila corazón, se desmayó cuando le sacaron sangre.
―¿Le sacaron sangre? ¿Le pasó algo?
Mi tía se sentó en la silla al lado de mi cama. ―Cuando te lastimaste, Mateo entró a la casa, ya te habías cortado y perdido mucha sangre, te sacó justo Cielo, y después te donó sangre para que te hagan la transfusión más rápido.
Dios, pobre.
―Lo quiero ver, ― Justo entro una enfermera. ―Lo quiero ver tia, díganme donde está.
―Es mejor que ella descanse. ―Dice la mujer y niego.
―No quiero dormir, ¿Me pueden llevar a donde esta este chico? Por favor.
―Cálmate, necesitas dormir. ―Intenta Silvina mientras ponen algo en el suero con una jeringa, no, no y no.
Mi tía me agarró la mano con más firmeza para que dejara de hacer un escándalo, con el pasar de los segundos mis ojos iban pesando cada vez más.
―Solo quiero saber...―Di un suspiró cerrando los ojos, me estaban durmiendo ―...Mateo.
Aunque haya sido por un calmante, no dormía así de bien en semanas o hasta meses.
Fui despertando de a poco, y al mover mi brazo porque me picaba la venda, toqué la cabeza de alguien que estaba con los brazos sobre el colchón y la cabeza apoyada en estos, por los rulos supe que era el morocho, que parecía dormido.
Puse mi mano en su pelo para acariciarlo, y cuando sintió mi tacto, se enderezó rápidamente, comprobando todo lo contrario, estaba más que despierto ―Cielo, Dios, estás bien. ―Me abrazó y cerré los ojos al sentir su perfume. ―Si vas a hacer algo asi otra vez trata de que no sea cerca mío.
―¿Qué cosa? ―Apenas y si podía hablar, estaba boba por el calmante.
― Intentar...No sé que querías hacer pero estabas tan, ―Negó, no podía ni describirlo, bajé la mirada sintiéndome mal por lo que tuvo que ver. ―No lo intentes porque no te voy a dejar que lo hagas, nunca más, no mientras yo esté cerca tuyo.
Fruncí el ceño, todo el mundo creía que me había intentado matar, así de sana me creían.
―No quería. ―Susurré y me miró extrañado. ―No quería lastimarme, mucho menos asustarte pero ―Tragué grueso. ―No me di cuenta, rompí el espejo, se me cayó un pedazo en el brazo y me corté así, pero no lo hice a propósito, perdón.
Se sentó en la cama a mi lado abrazándome. ―No te tengo que perdonar nada linda, ya pasó, te quiero mucho, casi la quedo yo.
Reí apenas y miré su brazo, donde tenía una curita que decía "Pollera" y se la señalé. ―¿Emi?
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lover of mine ; Trueno [Terminada✔]
Fiksi PenggemarDonde Mateo conoce a su misteriosa vecina Cielo, enamorándose de ella desde el primer momento en que la vió, de ella, y de todos sus demonios. "― 𝐘𝐨 𝐥𝐚 𝐚𝐦𝐚𝐛𝐚, 𝐥𝐚 𝐚𝐦𝐨. ― 𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐰𝐚𝐜𝐡𝐢𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐚𝐛�...