Cielo.
Hacía unas semanas que estaba acá y mi rutina era la misma, me levantaba escuchando música, desayunaba un poco y leía hasta la tarde, comía una fruta, después hacía algunos dibujos o a veces también me gustaba escribir un poco, hasta la hora de la cena en la que me las arreglaba bastante bien con lo poco que tenía ya que no había salido para nada desde que me mudé, aunque la misma mudanza, correr muebles, limpiar y decorar, más que nada mi cuarto, no dejaron mucho tiempo tampoco.
En la películas parece mucho más fácil eso de mudarse y es una mierda, lo odio.
Lo bueno es que por fin había terminado y en los últimos días ya tenía más o menos una rutina, los fines de semana tragaba serie tras serie mientras comía galletitas de agua tomando mates, los lunes eran días de limpieza y a partir de hoy, miércoles, día de compras.
Lo único inteligente que hizo mi mamá al traerme acá fue hacerme una caja de ahorros. Pero iba a necesitar trabajo, no quiero depender de ella toda la vida.
Tenía un poco de plata asique no era necesario caminar hasta el banco a buscar efectivo, por suerte, asique hice una lista bastante larga de lo que necesitaba, me puse una campera, uno de esos carritos que mi tia llevaba a la verduleria que encontré por ahí para las bolsas, y salí de mi nueva casa con mi celular en mano.
Sabía que había un supermercado cerca, pero también necesitaba ir a una perfumería a comprar varias cosas que hacían falta.
Al llegar al primer lugar, el super, agarré un carrito para empezar a buscar lo que me iba a llevar para seguir sobreviviendo, desde harina hasta mayonesa.
También muchas sopas, arroz y ese tipo de cosas instantáneas, me salvan la vida.
Salí del lugar cuando terminé mis compras, con un dolor en el bolsillo, la peor parte de vivir sola por ahora debe ser esto.
Con mi fiel celular guiándome, aunque cautelosa ya que, acá, allá y en todos lados, te descuidaste dos segundos y chau celular, llegue después de un rato a una perfumería.
Está cerca de mi casa, bien, por alguna razón amo comprar en estos lugares. Primer cosa buena de vivir sola, a nadie le importa que compres, es tu casa, tus reglas.
Esta vez, desde velas aromáticas, hasta tintura para el pelo, quería dejar este rubio oscuro que ya odio, me hace más fea de lo que soy.
Al encontrar el tono que buscaba, resulta que estaba en la góndola más alta, la puta madre.
Entre puteadas intenté alcanzarla por unos cinco minutos haciendo el ridículo, hasta que una mano mucho más grande que la mía agarró la caja, haciendo que yo bajé mi brazo bruscamente ante el roce.
― Tuyo ― Dice el morocho frente a mi dándome el producto y le agradezco casi susurrando ― Te queda bien el rubio igual, no sé si es buena idea.
Tremendo comentario que nadie le pidió.
Sólo le pase por al lado ignorandolo y yendo a pagar todo lo que iba a comprar.
Ya a mi pobre carrito no le entraba más nada, asique iba bastante complicada, llegar a mi casa fue un alivio cuando pude dejar todas las bolsas en la mesa. Al recuperar el aliento guardé cada cosa en su lugar, agarré una botella de agua de la heladera dándole un largo trago, y fui a mi pieza a agarrar mi cámara de fotos.
No había sido un regalo de nadie, junté plata, peso por peso, durante casi un año para comprarla, era lo más preciado que tenía.
Mi tía me mencionó hace poco que había una terraza la cual yo no sabía de su existencia, resulta que quería que la encuentre sola pero casi nunca voy al patio de atrás como para darme cuenta de la obvia escalera que hay, que da al techo de la casa.
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lover of mine ; Trueno [Terminada✔]
Hayran KurguDonde Mateo conoce a su misteriosa vecina Cielo, enamorándose de ella desde el primer momento en que la vió, de ella, y de todos sus demonios. "― 𝐘𝐨 𝐥𝐚 𝐚𝐦𝐚𝐛𝐚, 𝐥𝐚 𝐚𝐦𝐨. ― 𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐰𝐚𝐜𝐡𝐢𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐚𝐛�...