Decisión

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El viaje a Marley se realizó, conocían aquella nación que tanto los odiaba, pero primordialmente para decidir qué se va a hacer.

Mikasa pasó el día con sus dos amigos, probando comida que nunca antes habían visto. Sus sonrisa nerviosa movió los sentimientos de aquél anónimo que la miraba discreto. Hoy era día de entregar una carta más, solo que ahora era más complicado, pues no sabía cómo.

La noche arribaba, Mikasa tuvo una platica con Eren, había tensión pero al mismo tiempo había tranquilidad.

- ¿Qué soy yo para ti? - preguntó, sus ojos plata se contrajeron

De nuevo se sintió confusa, ¿qué debía hacer? ¿Qué debía contestar?

Miró sus ojos, se sonrojó, había pasado tiempo desde que no lo miraba directamente a los ojos y encontraba ese lado tan dulce de Eren. Se sintió mareada pero llena de adrenalina, no sabía nada.

- ¿Mikasa? - escuchó su voz, se escuchaba tan bien, simplemente su tono de voz al llamarla era estremecedor, la azabache suspiró. Recordando las palabras de su mejor amiga y las escritas por el anónimo. Dudó.

- Eren...yo..., tú...- suspiró de nuevo
- Desde siempre has sido lo más importante para mí, nunca soportaría la idea de perderte, te protejo no porque quiera molestarte, es que simplemente yo...yo...no podría imaginar...una vida...sin ti - bajó la cabeza algo avergonzada - Pero, es que yo... - habló de nuevo

Eren la interrumpió, levantando su rostro con ambas manos, manteniendo más el contacto visual, parecía que quería ver algo en ella.

- Mikasa, ¿Tú me amas? - sé acercó un poco a ella

Trabó su habla un momento.

- Tal vez - dijo en voz baja, dudosa, observaba sus ojos verdes acercarse. ¿Tal vez?, ¿Eso contaba como una respuesta válida? No estaba segura pero por algo lo dijo, tal vez sí podía olvidarlo y empezar de nuevo con alguien más, ¿con su anónimo?

Dejó de pensar al recibir un beso de su parte contraria, tomándola por sorpresa pero no correspondió a lo largo del beso, pues decidió separarse, sorprendida.

Se quedaron viendo, Eren intentó decir algo, pero un hombre mayor se acercó a ellos, ofreciéndoles algo de beber. Seguido de él estaba el niño que habían salvado, el que le había robado el dinero a Sasha y al Capitán Levi; no se negaron y fueron con ellos.

La situación se descontroló un poco, pues la mayoría estaba tomando y enbriagando un poco, aunque aquel joven no dudó, aprovechó la situación para entregar la siguiente carta, dejando el sobre dentro de una de las bolsas del saco que portaba Mikasa. Evitaría tomar demasiado para no decir nada que no fuera correcto, aunque tal vez fuera imposible, pues su gusto al alcohol nunca fue del todo positivo.

La mañana arribó, sus cabezas dolían en exceso, debían prepararse para una reunión. Mikasa y Sasha fueron a la habitación donde recidian momentáneamente, debían alistarse y quitar ese dolor de cabeza. Saha entró al baño, así que Mikasa esperó mientras elegía su siguiente atuendo. Quitó su saco y escuchó el sonido de una hoja, por lo que tomó de nuevo la prenda buscando en las bolsas.

Tomó el sobre, su corazón aceleró, pues era más evidente que su anónimo estaba entre su grupo de amigos. Muy probablemente sea Jean, como teorisaba anteriormente.

Abrió el sobre para comenzar a leer.

"Lo siento, no te he escrito desde hace días pero no tuve la oportunidad. Espero no te moleste mi tardanza y aprovechando esto, por favor, no me digas que me has olvidado, por favor demuestrame que ese beso que te dio no significó nada" suplicaba, la azabache se sorprendió, los había visto

"Por favor no me olvides, recuerda Mikasa, yo te amo y te seguiré amando hasta la eternidad, te esperaré el tiempo que será necesario hasta que decidas pasar el resto de tu vida conmigo, ya no te angusties, pronto me conocerás, lo prometo.

Recuarda, yo estoy para ti incluso cuando él te haga sentir sola, prometo hacerte muy feliz, siempre estaré para ti y así poder brindarte mi amor. Te amo"

Terminó, sus manos temblaban un poco por el nerviosismo, se abrazó a la carta de nuevo, recordaba ese beso, su reacción, las palabras del chico que le escribe.

Eren le había preguntado algo...que correspondía correctamente hace dos años, pero ahora...estaba confundida. No supo qué decir y ese beso sólo complicó más las cosas. Suspiró.

Tal vez debía olvidarse de ese anónimo, pues jamás dejaría de sentir algo por Eren, será cariño, amor o aprecio, siempre habría un sentimiento suyo hacia el castaño, siempre.

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