Todos sumidos en la devastación, pues la muerte de Sasha fue un golpe muy fuerte y repentino.
Los afectados la pasaron todo el día en el cementerio, lo importante en ese momento era el apoyo emocional entre la destinada y el supuesto anónimo. Pues por primera vez se dieron un abrazo, ya sea de consuelo o necesidad de tener a alguien en esos momentos.
Hace dos días recibió la carta, por lo que ésta vez probablemente no habría palabras románticas. La azabache trató de hablarle a Jean al respecto de las cartas pero no lo hizo, pues no era el momento.
La tarde se saturó de recuerdos, ella era la única con la que podía hablar sobre aquellos presentes, solo Sasha. Se entristeció al saber que su amiga no sabría en vida la verdad sobre la identidad de ese anónimo enamorado, porque a pesar de que sospechar a de su compañero, algo aún la hacía dudar.
La noche llegó y como ya comenzaba a ser costumbre, no podía dormir. Comenzó a caminar al rededor de su habitación, sacó las cartas recibidas, tenía 7 cartas en total. Suspiró, ya deseaba verlo, conocer a la persona para saber si podría corresponderle.
El suelo tembló repentinamente de forma brusca, por lo que de inmediato los soldados salieron de sus habitaciones, todos excepto Mikasa. Pues por más que lo intentaba, su puerta no abría, escuchó a varios compañeros correr hacia la dirección de donde vino aquel temblor pero ninguno de acercó a su puerta para ayudarle a salir.
Pasó un tiempo, el silencio volvió, Mikasa volvió a intentar, ésta vez lo logró y cuando iba a abrir la puerta por completo alguien lo impidió. Mikasa se enfadó. Pateó la puerta dos veces, facturando la madera. Por debajo de la misma pasó una nota, la azabache se agachó para recogerla, al leerla decía :
"Ya es hora, por favor cálmate"
- ¿Eres tú? El que me ha estado escribiendo por tanto tiempo - dijo mirando la puerta, una nueva nota.
"Sí, lo soy, espero no haberte incomodado y si lo hice, lo siento"
Suspiró.
- ¿Desde cuándo me...me amas? - preguntó sonrojada, sentándose en el suelo, recargando su perfil sobre la pared y la puerta para después escuchar como un nuevo trozo de papel se deslizaba por el suelo, la tomó.
"Desde hace cuatro años, pero me costaba admitirlo, ahora no"
- ¿Por qué? ¿Cómo pasó? - dulcificó el tono de su voz
"No lo sé, ni yo me di cuenta desde cuándo comencé con ese sentimiento y ¿por qué? Bueno, te conozco bien, y tú a mi"
De nuevo pensó en su mejor amigo, Jean no escribiría eso, ¿Sasha pudo tener razón? Una nueva nota.
"Levántate y ponte frente a la puerta"
Hizo caso, se sintió amenazada, su pecho se sentía compreso, al fin lo conocería. Su subconciencia quiso comenzar a llorar. ¿Por qué? No cedería a tal sentimiento sin sentido.
La puerta comenzó a abrirse, sus manos sudaban frío, la puerta dejó ver a la persona responsable, dio un paso hacia atrás. ¿Cómo era eso posible?
- ¿Tú? - preguntó incrédula, retrocedió hasta topar su espalda en la otra pared, cerca de la ventana.
- ¡Eren Jaeger escapó! - escuchó de los guardias, compañeros y superiores, comenzó a llorar, eso no era posible, debía ser una mala broma.
- No, tú no..., ¿cómo te enteraste de...la situación? - preguntó asustada
- ¿Qué no es obvio? Yo escribí todas esas cartas, Mikasa - dijo indiferente mientras se acercaba
Mikasa agachó la cabeza continuando con su llanto.
- ¿Por qué? ¡¿Por qué me hiciste esto?! - alzó la voz, Eren colocó dos dedos en los labios de Mikasa, indicando silencio, la chica solo lo observaba con dolencia, tristeza extrema - ¿Cómo pudiste? Yo te amaba - dijo en voz baja
Eren sonrió por eso último mencionado por la azabache.
- Por eso, porque sé que me amas y que darías todo por mi, si fuera otra época te lo agradecería infinitamente como te lo mereces, pero no aquí, aquí solo puedo pedirte que te alejes de mi - dijo
Las lágrimas de Mikasa fluyeron con más facilidad.
Eren se acercó, tomando a Mikasa por los hombros y seguido de eso abrazarla. De inmediato correspondió, jalando con un poco de fuerza la cazadora que Eren vestía.
Separó a Mikasa de él con lentitud y al parecer cuidado. Tomó su rostro para luego abrirse un espacio en su boca, sorprendiendo, rompiendo más a la chica. Al separase, el chico sacó un sobre de su bolsa, colocándola frente a Mikasa y después sobre sus blancas manos.
- Ésta carta, quiero que la abras cuando hayan pasado tres años - pidió para después volver a besarla y marcharse
- E-Eren, espera! - intentó detenerlo, tomándolo del brazo pero el chico no se detuvo a tal ruego físico.
No la escuchó, salió de la habitación para después salir del edificio con ayuda de los jaegeristas infiltrados en la legión.
Mikasa se dejó caer al suelo sobre sus rodillas, deteniendo poco a poco su llanto. Miró el sobre.
Entonces ese era su plan, enamorarla de Jean anónimamente para que lo olvidara a él, y lo había logrado pero su dolor de saber que realmente era Eren sería insuperable.

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Cartas
Fiksi PenggemarConmovida por un anónimo, Mikasa logra olvidarse de Eren pero no para siempre como aquella persona quería. Retrasando la felicidad de la azabache.