Secreto

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La señora Kiyomi llegó, por lo que el origen de la azabache quedó expuesto ante una situación algo tensa. Luego de eso comenzó la reunión. Entre tensiones y momentos un poco triviales todo terminó con calma. Salieron de la sala donde Historia rápidamente se acercó a Mikasa, feliz, emocionada.

Después llegaron a ellos su amigo que habían quedado atrás por un momento, era tiempo de seguir conociendo a las personas foráneas de la isla que amablemente se atrevieron a venir.

El día se fue en recibir, despedir y platicar con aquellas personas extranjeras para después ocuparse con el entrenamiento. Mikasa traía la cabeza en las nubes, se sentía extraña, ya había pasado casi un año sin recibir ninguna redacción del anónimo, ¿qué habría pasado con él? ¿Se habría quedado sin palabras? ¿Ya no la amaba? No sabía nada y de alguna manera le preocupaba.

- ¡Mikasa! - la llamó Armin

- Eh? - reaccionó

- ¿En dónde tienes la mente? Es la cuarta vez que te llamo ¿Estás
bien? -

- Eh, sí no es nada, solo estoy un poco distraída -

- Pero tú casi nunca estás distraída, Mikasa - Eren volteó a verla

La azabache acarició la cabeza de su amigo para después continuar con el entrenamiento en silencio. Al terminar se marchó a su habitación con el mismo silencio. Al llegar, sin pensarlo comenzó a buscar un sobre, quería saber si realmente no había recibido una más o fue ella la distraída que no la encontró. Levantó la almohada y las cobijas, ahí estaba.

Tomó el sobre para abrirlo, sacó la carta para comenzar a leer.

"Últimamente te veo muy sería, me pregunto ¿por qué?, te has apegado más a él, mostrándome lo tanto que lo amas así que supuse que no querías más cartas mías. Por eso me detuve. Hayas o no querido una explicación, aquí te lo digo.

Pensé que tu seriedad era debido a que ya no sabías nada de mi pero tal vez estaba equivocado. En fin.

Si no quieres más cartas de mi, entonces sal de donde estás y romperla, deja que el aire se lleve los pedazo del papel pero si esperas más sobre mi, mí amada, entonces guárdala y aléjate de él aunque sea un poco. Pero si no quieres condiciones entonces tú muéstrame, dame señales si quieres recibir más palabras de mi o no. Te espero"

Se sintió aliviada al terminar de leer, e igualmente un poco emocionada, le agradaba saber que no le había pasado nada malo al anónimo pero después dejó de lado dichas emociones para analizar las últimas palabras. Decidir entre seguir recibiendo sus cartas o no, con la condición de que si acepta tendrá que alejarse de Eren. Eso...no le agradaba.

Pero de igual manera ella misma podría mostrarle de alguna forma que quería seguir leyendo sus palabras.

¿Estaba segura de seguir recibiendo cartas? Ella ama a Eren pero él..., parece que solo le importa seguir adelante con sus planes de..., no sabía realmente cuáles eran sus planes ahora, tal vez...esperaba en él algo que jamás recibirá.

Se quedó pensando un poco. Anteriormente aquél chico le confesó su amor y lo que haría por ella pero si dejaba a Eren solo, seguro le pasaría algo malo. Alejarse sentimentalmente de él no significa que deje de preocuparse por su bien, al fin y al cabo fue una promesa a su segunda madre, pues ambas sabían que Eren es impulsivo, terco y dejarlo a su suerte es peligroso. Tal vez Mikasa no debía de distraerse con un amor aparte, un amor que la alejara.

Cerró con fuerza sus ojos y sacudió ligeramente su cabeza, dejó al lado la carta.

¿Podría enamorarse de alguien más? ¿Podía dejar a su suerte a Eren? ¿Estaría bien? Él siempre decía que nunca pidió ser protegido pero bien sabía que no sólo estaba ahí para cuidarlo, sino también para estar para él cuando la necesite. Por algo eran amigos, como hermanos....

- Hermanos - repitió en su mente para después fruncir un poco el ceño, seguro la consideraría solo como una hermana para siempre, pues realmente nunca mostró interés en ella, suspiró.

Trató de tomar nuevamente el papel de la carta pero no lo encontró, pues Sasha había entrado a la habitación sin que ella se diera cuenta. Mikasa se sonrojó, nerviosa al notar la carta entre sus manos y los ojos de la chica totalmente sorprendidos, abiertos, acompañados por una enorme sonrisa.

- ¿Tienes un amor anónimo? - preguntó, la azabache no respondió de inmediato - ¿Tus amigos lo saben? ¿Eren y Armin? -

- ¡No! - respondió presipitadamente
- No tienen por qué saberlo, o al menos no por ahora - dijo

Se creó un momento de silencio tenso donde sus miradas se mantenían fijas, pues la castaña se extrañó del porqué su amiga había respondido de esa forma tan asustada. Miró de nuevo la carta en sus manos pero Mikasa se la arrebató antes de que volviera a leer si quiera una letra.

- Pero...¿Por qué? - su mirada cambió a una confusa

- Todo esto no es completamente seguro Sasha, primero necesitaría saber quien es él realmente para decirles - agachó la cabeza, sonrojada -Por favor, no digas nada a nadie, guarda el secreto - pidió

- Claro, conmigo estará seguro princesa de Hizuru - dijo sonriendo

Mikasa copió su gesto, después metió la carta al sobre y la guardó en el cajón del pequeño buró del cuarto.

- No vayas a abrír este cajón Sasha, por favor, ni por curiosidad - advirtió

- Oye, ya te di mi palabra, no usmearé en tus cartas de amor, pero espero que sean de verdad, me encantaría verte enamorada y feliz con alguien que en verdad valga la pena - tomó su mano, mostrando su apoyo hacia su amiga

- Gracias Sasha - se acercó para abrazarla

Pronto, quien escuchaba detrás de la puerta se marchó con una sonrisa, pues Mikasa guardó su carta, por lo que eso significaba que esperaría más de sus letras. Poco después de que él se marchará, las dos chicas salieron de la habitación para reunirse en los comedores, era hora de la cena.

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