Declaración

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Tranquilidad era lo que sentía al ya no recibir cartas por dos días, se sentía normal como antes, pero todo cambió cuando al terminar una conferencia más, se dirigía hacia afuera del lugar pero alguien la arrebazó, chocando intencionalmente su mano contra su pecho, donde dejó un sobre nuevo que cayó al piso. Volteó para ver de quien se trataba pero no lo encontró, como si hubiera desaparecido.

Mikasa suspiró para luego agacharse y tomar el sobre, fue hacia afuera para ahí poder leer lo que esa persona tenía que decirle ahora. Dudó un momento, podía romperla y olvidarse del tema pero..., seguro ni con eso se libraría de él así que abrió el sobre:

"Aquél día en el mar te notabas nerviosa pero emocionada, pues al fin hacías realidad el sueño que tenían desde niños pero...como siempre, él lo arruinó todo, pues borraste tu gesto alegre a uno serio, algo preocupado.

Me molesté mucho, pues te veías hermosa con esa sonrisa tiernamente asustada. Tanto que pude confirmar algo, no pienso callarlo, entiendes?, ya no más.

Mikasa, yo te amo, como no tienes idea, y es que de verdad no tienes ni idea pero no miento. Me enamora tu belleza, tu fuerza, tus escasas sonrisas y el brillar de tus ojos. Me enamora todo de ti, algún día te lo diré de frente pero...por el momento será escrito.

Me alegra que al menos estás un poco más alejada de él, no sé por qué pero de verdad me gusta que te des el lugar y el valor que él no recuerda ni respeta. Espero verte sonreír mas frecuentemente.

No lo olvides, te amo."

Esa carta era la más corta que había recibido pero sin duda la más importante, pues expresaba claramente el amor que sentía por ella, pero...le molestaba no saber de quién se trataba, aun así se sintió extraña, su corazón aceleró demasiado al leer las palabras "Te amo"

Por primera vez alguien se interesaba en sus sentimientos, en su seguridad.

¿¡Quién demonios era!? Quería conocerlo, saber porqué se fijo en ella y por qué decidió decirle cosas así por escrito, todo el día lo estaba pensando, restándole la atención a cualquiera que se le acercase.

Esa noche no pudo dormir, pues las palabras tomaron total control en su mente, no había nada más que la palabra "Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo"

- Me ama - susurró para sí entre la oscuridad de la noche y el silencio de la habitación mientras sonreía nerviosa, emocionada por aquella declaración escrita.

- Sea quien sea, me ama - dijo de nuevo, sintiendo su pecho oprimirse de la emoción para luego borrar ese sentimiento de revoloteo en su estómago al recordar la promesa que le hizo a Carla y a sí misma.

Preteger a Eren y a Armin.

Se dio la vuelta, acomodando sus brazos bajo la almohada. Pensando.

¿Enamorarse le dificultaría la protección hacia sus amigos? Claro

"Solo mírate cómo estás ahora Mikasa", pensó, "Un anónimo te tiene como estúpida, pero que tontería".

Cerró sus ojos y se dispuso a descansar, seguro con el entrenamiento de mañana se olvidaría todas las babosadas que está pensando y sintiendo.

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