Un cambio a lo que es normal afecta al futuro.
Tu existencia depende de las desiciones de muchas personas.
Las restricciones hacen más atractivo jugar con el destino y dan por resultado sin fin de anomalías.
Aquellos que influyan en lo contrario de...
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💙
Me duele el cuerpo, talle mis ojos antes de levantarme, me siento tan entumecido que me cuesta moverme.
—Estoy bien— esta a mi lado Maki haciendo uso de lo que conoce en reanimación.
Fue una descarga muy loca, los toques no se comparan en nada a lo que acabo de sentir.
—Dije que estoy bien— aparte las manos de Harukawa y una descarga dio en cuanto la toque, tan fuerte que vi el brillo de la electricidad, pero no sentí dolor.
Ella apretó el puño revisando su mano en donde recibió el toque —K1b0 necesito que me ayudes.
—Claro ¿Qué hago?.
—Vas a hacer lo mismo que un desfribilador.
—¡¿Qué?!— dijimos los demás al unísono.
Me levante al instante —Estoy bien, no tienen por qué— esperaba frenar a la de cabello castaño, y nuevamente otro toque le hizo saltar.
—agh, maldita sea, hay mucha estática, joder...haz lo que te digo, no puedo hacer nada.
Me gire porque no parece verme. Lo que vi me dejó helado, ¿De verdad me morí?.
Pero ¿Entonces por qué cuando intento acercarme provoco una pequeña descarga?.
—Eso se debe a que estás en otro plano.
Una voz que no reconocí hablo a mi lado, me gire y vi un hombre con la cara pálida y el cabello largo, grite, la niña del aro es por mucho mi personaje menos favorito... una tele que casi me mata y un hombre con la misma apariencia de verdad es simplemente tétrico.
💜
—¿Por qué no te diste cuenta de tu batería?— comencé a golpear al robot.
—Ey, ey, espera, es que...
—Es que nada, maldita hojalata, revivelo, haz algo.
—Cálmate niño, la culpa la tenemos todos por no fijarnos, así que deja de estorbar y empieza a contar— dijo la de iris rojas, tan firme como su carácter mismo.
—¿Contar?— pregunto K1b0.
—...¿Nunca has hecho esto?.
El robot se encogió escondiendo su cara dentro de la pechera de su traje.
—Mmm, pues...
—Odio los que mienten por convivir— dije sabiendo que esta pasando ahora mismo —en fin, los robots no tienen experiencias de vida, pero eso es caer muy bajo.
Se le puso la cara con un brillo rojisímo, como si estuviera listo para calentar galletas.
Escuchamos unos golpesitos en la tele y volteamos, como no pasó nada creí imaginarlo.
