¡Estoy de vuelta con un nuevo fanfic! No os vais a librar de mí tan fácilmente.
Advertencia 1: Sí, he escrito omegaverse en 2022. Si sabes lo que el omegaverse implica, no me hago responsable si decides leerlo y no te gusta lo que encuentras. Y si no sabes lo que es, te recomiendo buscarlo en google. Sé que no tendría por qué decir esto, pero prefiero curarme en salud en caso de que alguien haya decidido ignorar las tags.
Advertencia 2: No todos, pero he mantenido algunos de los términos de la traducción fan porque no me gustan los oficiales, y como es mi fanfic, puedo hacerlo. No afecta realmente a la historia, pero si solo conocéis la traducción oficial y algunos nombres de lugares os suenan extraños, que sepáis que es por esto.
Vil se retorció entre las sábanas de seda, desperezándose. Era temprano, pero el cálido sol de los últimos días de verano ya se colaba a través de las cortinas, iluminándole el rostro. Se giró, enterrando el rostro en la almohada. Quería volver a soñar, había tenido su sueño preferido y, a pesar de que soñaba con él de forma habitual desde su infancia, no se cansaba de tenerlo. Aunque, más que un sueño, era casi un recuerdo, un recuerdo borroso de una memoria lejana. Debía haber tenido alrededor de cinco o seis años por aquel entonces, antes de saber que era un omega. Había acudido a una fiesta con sus padres, no sabía a qué lugar, y se había perdido al salir del salón donde se había estado celebrando el baile. Terminó en el jardín, olía a flores. No estaba seguro de a qué flores exactamente, cada vez era un aroma distinto. En esta ocasión, el olor fue de nomeolvides.
A causa de estos sueños, Vil comenzó a leer acerca del lenguaje de las flores para descubrir si su subconsciente estaba tratando de decirle algo, lo que le había ayudado a identificar la mayor parte de las flores que habían formado parte de su sueño como símbolos de amor, paciencia o memoria. El nomeolvides, por supuesto, no era una excepción a esta regla.
Incluso ahora, no estaba seguro de si realmente era un recuerdo auténtico o su mente jugando con él, pero quería creer que lo era. En un mundo como en el que vivía, el recuerdo de ese niño y la promesa que le hizo en aquel jardín eran lo único que le daba la esperanza de un futuro mejor. El mismo Vil no había sabido todavía que era un omega en esa época, nadie lo podía haber sabido. Sin embargo, el niño lo supo, tal vez porque recientemente había sido clasificado como alfa. A lo mejor, Vil no tenía medios para saberlo. Aunque por entonces para Vil no significaba mucho ser alfa, beta u omega, así que no pensaba demasiado en ello ni en qué importancia tenía ser una cosa u otra. Por eso, cuando extendió sus manos hacia el niño y le prometió convertirse en su esposo si en verdad era un omega como él decía, fue casi por instinto, no porque esas palabras significasen algo para él.
Ahora, pensando en esos recuerdos borrosos y los distintos aromas que evocaba la memoria en sus sueños, parecía cosa del destino. Vil estaba familiarizado con el concepto de las parejas destinadas, aunque había gente que no creía en él. Vil era probablemente una de las personas que más sabía del tema debido a lo mucho que había leído al respecto, y no dejaba de pensar en que ese niño era su pareja destinada y tenía que encontrarlo, sobre todo ahora que cada vez era más habitual que recibiera solicitudes de cortejo y pedidas de mano por parte de alfas de la alta sociedad.
El matrimonio no era algo por lo que sintiera particular interés. Como príncipe heredero, era consciente de que tendría que casarse con alguien tarde o temprano, le gustase o no. Por suerte para él, en la Tierra de Pyroxene las leyes no favorecían a los alfas más que a los omegas, por lo que nadie le forzaría a desposarse con alguien a quien despreciase. No importaba cuál fuese su segundo género, era una persona y tenía derecho a ser tratado como tal. Era una de las cosas que le gustaban de su reino, la igualdad entre la población, no como en otros lugares en los que los omegas eran tratados como ciudadanos de segunda que solo servían para engendrar hijos.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi Alfa y mi Omega [LeoVil || Twisted Wonderland]
FanfictionEl príncipe omega de la Tierra de Pyroxene, Vil Schoenheit, es conocido por rechazar a todos sus pretendientes. Vil no está dispuesto a aceptar a nadie que no sea su pareja destinada, a quien afirma haber conocido en su infancia. Sin embargo, cuando...