41. ⚜️ Una mañana tranquila ⚜️

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Adrien

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Adrien

Pasamos una tarde-noche increíble, jugamos videojuegos en mi habitación, yo le ganaba en cada uno de ellos, con un poco de dificultad a la hora de manejar el mando, aún así le ganaba y vimos una película de miedo, bueno, el vio una película de miedo, yo estaba escondido bajo las sábanas para no mirar nada, las odio, no puedo ver ningún pedazo sin asustarme por todo literalmente, pero, al menos era la excusa perfecta para que Harald me abrazara en toda la película, estaba totalmente acurrucado en su brazo y sinceramente tenerlo de esa manera se sentía tan bien, no saben lo increíble que fue pasar el tiempo así con el, solo éramos el y yo, sin ninguna interrupción.

Fue...mágico.

Me levanté por el sonido de mi alarma, se me olvidó apagarla, no la iba a necesitar por una semana. Tomé mi teléfono de la mesita de noche y la apagué con un poco de dificultad, vi la hora y eran a penas las seis de la mañana, me acosté de nuevo, estiré mi brazo con la intensión de abrazar a Harald pero...no sentí nada, me levanté de nuevo y no lo vi acostado a la par mía, me senté y revisé debajo de las sabanas, no había nadie, miré mi celular, tal vez me dejó algún mensaje pero no tenía ninguno de el, miré al rededor mío, no hay nadie. ¿Salió? Imposible, quedamos en que no saldría para que no notaran su presencia aquí y así ahorrarnos escándalos, ¿Se fue para Inglaterra? ¿Sin dejarme alguna nota o algo?, tal vez salió por emergencia, ¿Y si algo le pasó?.

Traté de levantarme pero me mareé de inmediato y mejor me quedé sentado hasta que se me pasase, cerré mis ojos con fuerza, respiré profundamente...

-¿Adrien? ¿Estas bien?.- abrí mis ojos y vi a un chico lindo aún en pijama entrando por la puerta con una bandeja de comida y medicina.

Dejó la bandeja en una mesita de noche y se acercó a mí.

-Si, sólo pensé que te habías marchado.- el mareo empezó a desaparecer

-¿Y dejar a mi Príncipe? Ni loco.- sonreí

Vi cómo se acercaba para darme un beso, pero, llevé mi mano hacia mi boca para impedirlo.

Me miró confundido.

-Tengo que cepillarme.-

Quitó mi mano y me dio un pico.

-Tarde.- sonrío y se apartó.- ven, te ayudo.-

-Esta bien, puedo solo.- me levanté esta vez con más éxito pero aún me sentía un poco mareado

Mi cabeza dolía demasiado y aún no eh dado ningún sólo paso.

-Vamos, no seas necio, te cepillas y vienes a comer para darte tu medicina.- Me rodeó con su brazo mi cintura y dejé que me ayudara.

Me llevó al baño y se recostó en el marco de la puerta.

-Gracias.- le dije

-¿Por qué?.-

-Por todo esto, por estar aquí, por no dejarme solo...-

Los dos Príncipes. [Part 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora