Los dos Príncipes. [Part 1]

60. ⚜️ Bienvenido ⚜️

Adrien

Hola de nuevo. Estoy un poco muy cansado, agotado, hambriento y ¿Ya les dije cansado?.

No sé como decirles como me siento. Fue una semana bastante difícil. Mucho dolor por todos lados, sufrí mucho, me duele cada parte de mi cuerpo, estoy tan débil en este momento que no puedo moverme ni un poco, solo quiero descansar y descansar, pero, mi cabeza no deja de pensar en esa horrible semana, en todas las cosas que me hicieron, en las noches donde tenía que dormir sentado a menos un grado.

Me lastimaron. Me golpearon a tal punto de hacerme sangrar, sangre en todas las partes de mi cuerpo, moretones, mi cuerpo esta lleno de moretones horriblemente enormes y...tampoco puedo dejar de pensar en la noche que...abusaron de mí. ¿Qué pensarán de mí? ¿Qué haré al respecto?.

No quiero hablar de esto en este momento. No quiero empezar a dar explicaciones a nadie en este momento porque...no sabría por donde empezar. Sólo quiero dejar de pensar en eso y descansar.

Odio el miedo.

Desperté con un poco de molestia por una luz blanca muy fuerte. No estaba en mi casa. Sentí algo en mi cara, era oxígeno. Traté de moverme pero me dolía todo mi cuerpo.

Me iba a quitar el oxígeno pero alguien me detuvo.

-Tranquilo, estas a salvo.- escuché la voz de mi padre

Llevó su mano a mi cabeza y empezó hacer caricias.

Quería hablar pero me costaba mucho.

-No hagas tanto esfuerzo, descansa, tienes que descansar.—

Asentí. Estaba a salvo. Se sentía tan bien estar a salvo.

Quería hablar pero mis ojos se empezaron a cerrar, quería preguntar muchas cosas, quería moverme y abrazar a mi papá, pero, no pude.

Solo cerré mis ojos de nuevo.

Yo también te extrañaba, papá.

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Me desperté un poco exaltado.

Había tenido una horrible pesadilla, de nuevo. Cada vez son más frecuentes, todas las mismas en donde el protagonista eran esos secuestradores.

Me tranquilicé cuando vi de nuevo esa luz molesta del hospital.

-Adrien, Adrien, está todo bien, sólo fue una pesadilla, tranquilo.- escuché la voz de mi hermosa mejor amiga.

Respiré profundo para tranquilizarme. Mi cuerpo dolía menos, supongo que me pusieron algo para el dolor y necesitaba más de esa cosa, tal vez viva con ese medicamento toda mi vida, no lo sé.

Tenía la misma necesidad de seguir descansando, seguía muy agotado. No quería hablar, no quería mencionar ni una sola palabra, solo quiero descansar.