Capítulo 2: Dalya y la escapada

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Cuando era pequeña mi madre me contaba historias sobre otros mundos, otros mundos dentro del mio. Poco después ella murió. Yo tenia ocho años, después de eso todo cambio... Me llamo Dalya y esta es mi historia:

Mi nombre es Dalya, mi madre me puso ese nombre en honor a la isla en la que vivimos: Gran Delaya. Según me explicaron, la aldea en la que vivo esta entre el viejo bosque y los túnelesn pero, aunque me encantaría, nunca he salido de la aldea, siempre me he preguntado que secretos, seres y aventuras se esconden en el exterior. Soy una chica de estatura media, morena y con ojos azules. Mestiza, es decir, medio elfa y medio... No lo se, la verdad es que nunca lo he sabido. Pero eso ya no importa, estoy sola en este mundo, puesto que lo único que me ataba a aldea se fue hace mucho tiempo y mi padre... Bueno, la verdad es que nunca lo conocí.
Mi madre me dijo que tuvo que partir muy lejos de la aldea y siempre he soñado con reencontrarme con él, pero lo veía muy lejos. Ahora ya tengo 16 años y voy a ir en su busca sea como sea.
Abrí los ojos,el sol de la mañana entraba por la ventana y me deslumbraba los ojos.
Podía escuchar como aporreaban mi puerta: "Despierta Dalya,mira...". Me levante, me vestí y abrí mi puerta. Era un caos. Estaban mis compañeros gritando y saltando, resulta que no había ningún educador en el orfanato, habían desaparecido todos. Instintivamente entró la idea en mi cabeza de que era el momento de escapar. Como un lobo en la niebla fui hacia mi cuarto y recogí todo lo que tenia, que era poca cosa. Volví al pasillo y todo seguía igual, mis compañeros seguían desquiciados y deshorientados, no paraban de armar escandalo, ya no sabían que hacer... Ignorando toda causa seguí recto hacia la entrada, en ese momento no me importaba nada más que escapar. Al principio no fue muy dificil, abrí la puerta y vi que habia mas gente de la que esperaba, por suerte aun me acordaba de aquel agujero entre roca y roca en el que me refugiaba cuando era pequeña. Despues de sentarme en ese oscuro y humedo agujero, me pare a pensar que iba a hacer a continuación, cuando me percate de que ahi faltaba algo. Mi roca, la roca en la que yo escribia mis penas. Me acerque y vi que habia un tunel oscuro que se extendia hacia lo lejos, no parecia muy estable. Me quede un rato mirandolo, no sabia si eran imaginaciones mias, pero me parecia estar viendo unos ojos ambar en lo profundo de la oscuridad. Me fui acercando poco a poco a aquellos ojos que me cautivaban. Estaba ya a tan solo unos centimetros cuando de repente algo me cojio el hombro. Me asuste, pero valientemente me di la vuelta, era Josh, un amigo de la infancia, nunca me habia alegrado tanto de verlo.
-Que estas haciendo aqui?-me preguntó muy nervioso.
-Me voy a buscar a mi padre, Josh, y no intentes detenerme.- a veces podía sonar muy amenazante.
-No quiero que te pase nada, Dalya -me dijo en tono preocupado. Él me conocía bien, sabia que poco podía hacer ya.
-Estare bien, comprende que ya no me queda nada aqui.
Se lo penso un momento, levantó la cabeza y me miro a los ojos. De pronto me vinieron recuerdos de cuando eramos pequeños, pero eso ya es el pasado.
-Ten cuidado,ya sabes que estare esperando a que vuelvas.
-No te voy a mentir, no creo que vuelva.
-Lo se.- pues sí, si que me conocía bien.
Me acerque a él, le di un beso en la mejilla y le sonreí, me gire y seguí mi camino.
No sabia cuanto tiempo llevaba caminando, solo pensaba en que tenía que salir de aquel oscuro tunel. De pronto, escuché unos extraños sonidos, me di la vuelta y solo habia oscuridad. Seguí andando y volví a escuchar aquel sonido, volví a girarme, vi una silueta y de nuevo, aquellos ojos ambares que cuando miraron los mios, me hicieron recordar aquellas historias que me contaban, que nunca crei pero que ahora tenia delante. Aquella extraña criatura empezo a avanzar hacia mi. Como un raton que huye de su depredador, me di la vuelta y empecé a correr como alma lleva el diablo. No sabia si me seguía, solo sabia que tenía que escapar de allí. Paré sin aliento, creyendo que la habia despistado, pero para mi desdicha me percate que aquellos ojos ambares estaban detras de mi. No me salia ninguna palabra, salvo un grito. Fue un sonido tan intenso que hizo vibrar las paredes de aquel lugar oscuro, el cual se empezo a derrumbar. Sali corriendo de aquel lugar lugrube.
Cuando creí que las rocas me iban a sepultar en vi una luz al final, la salida. Sacando fuerzas de flaqueza, hice un último esfuerzo y empeze a correr como nunca lo habia hecho. Creí que la vida se me escurria de las manos... Sin pensar, me lanze a la salida mientras se cerraba el unico camino de vuelta a mi antiguo hogar.

Las islas de DariénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora