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«¡Maldición!»

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«¡Maldición!»

Fue el pensar del alfa pelinegro al despertar la mañana siguiente con un terrible calor.

Su penetrante aroma haciéndose más fuerte mientras él jadeaba.

Había entrado en celo.

Su primer celo, justo después de convertirse en un macho adulto dentro de su manada.

-Esto... ¡Ah! -Gimió con vergüenza al sentir un tirón en su miembro.

El sudor empezaba a recorrer su frente y torso.

Sunghoon no soportaba el dolor así que metió su enorme mano dentro de sus pantalones de pijama. Su miembro pedía ser atendido; así que empezó a tocarse, todo lo hacía mientras tenía la cara enterrada en la almohada que había usado su Omega, su Omega...

¿Dónde estaba Sunoo?

Fijó su nublada mirada a través de la habitación y no había rastros del peli rosa.

Su aroma dulce aún persistía pero él no se hallaba en el lugar.

- ¿Sunoo?... -Murmuró miserablemente mientras se tocaba más rápido pensando en él.

Por su parte, Sunoo estaba en la sala de los Park bebiendo un café junto con una tartaleta de frutas y Ni-ki a su lado.

Charlaban amenamente con los padres del menor, contentos de saber más de ellos.

-Y mira, aquí apenas tenía tres añitos, estaba encaprichado, pasó casi un mes sin volver a su forma humana. -Decía Mina mientras mostraba un pequeño álbum de fotos que habían adquirido hacía muchos años.

-Se ve tan dulce. -Murmuró el peli rosa con sus ojos brillando al ver a un hermoso y muy pequeño cachorro de ojos azules.

Mina y Jinyoung miraban al Omega, estaban fascinados porque el chico además de hermoso, era muy inteligente, elegante y con una gran educación.

Pensaban que su presencia le haría bien a la manada.

—Y dinos Sunoo, ¿a qué te dedicas en el mundo humano? -Preguntó el alfa con interés.

—Umm, bueno dirijo a un pequeño grupo de personas en una empresa que vende Seguros. -Respondió de forma sencilla.

Los lobos asintieron, al vivir toda su vida lejos de la sociedad, no sabían exactamente qué quería decir eso.

My Sweet WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora