Nervios es una palabra bastante suave para lo que estaba sintiendo ahora, aproximándose al encuentro con el hombre que ha acaparado sus pensamientos últimamente.
-Por Dios tío, cálmate.
Ni siquiera las cansadas palabra de Jerónimo le calmaban, el corazón se le iba a salir del pecho.
-Estoy calmado.
Nunca antes había dicho una mentira tan grande como esa.
-Si tú lo dices- Notaba claramente la mentira, pero no diría nada.
Por otra parte estaba el Tlatoani caminado hacia el encuentro con los visitantes.
-Parece entusiasmado- Comento uno de sus acompañantes, Cacama el señor de Texcoco.
-Para nada, solo ansioso.
Escucho el suspiro de su hermano que caminaba detrás de él, Cuitlahuac había llegado varios días antes a presenciar la entrada de los españoles a Tenochtitlan.
-Por Tlaloc, cálmate.
Volteo a mirar a su hermano con confusión después de que soltará esas palabras.
-Estas muy nervioso- Explico.
-¿Se nota tanto?- Pregunto con una sonrisa apenada.
-Eres muy obvio.
Sonrío con gracia al escucharlo, al parecer no era nada discreto y todos habían notado su comportamiento, y si no lo habían hecho ahora lo notarían al observar como su líder se quedaba quieto al observar a los dos sirvientes que habían mandado para escoltar a los españoles, llegaron.
-¿Moctezuma?.
No contesto, solo observó el caminar de sus dos súbditos y detrás de ellos había un hombre, alto (tentativa), castaño, esbelto y de porte elegante, vestido con una armadura extraña, era un hombre elegante y formal, atractivo y varonil, sin que nadie le dijera lo noto, ese hombre era él, era-
-¡Moctezuma!-
Se sobresalto ante el grito de su hermano y carraspeó avergonzado, miro a sus invitados, apenas notando a quienes acompañaban a Cortés.
Caminaban junto a dos nativos que habían salido de la ciudad a recibirlos, hablaron con la intérprete y les guiaron hacia la ciudad.
Al entrar en ella podían divisar no muy lejos a un pequeño grupo de hombres vestidos de forma extravagante y con grandes plumas reposando en las "coronas" que decoraban sus cabezas, pero a él solo le importaba uno, el que encabezaba el grupo, un hombre de facciones duras, varonil y muy atractivo, se notaba desde lejos su cuerpo bien formado, expuesto por la ropa que poco le tapaba, sin que se lo dijeran lo supo, ese hombre que rebosaba de un aura de grandeza, ese hombre era él, era-
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Conquistando tu amor
Historical FictionHernán Cortés y su gente llegan a territorio mexicano con un solo objetivo, conquistarlo; aunque no se esperaba encontrar más de lo que buscaba. Hernán Cortés x Moctezuma Xocoyotzin