You're The One | John Lennon

El cuarto oscuro

– Mucho gusto, Skyler Gibson.

Estrechó su mano intentando mantener la compostura ante la presencia de otro ex-Beatle. Debía confesar que se había acostumbrado a la presencia de John, pero al tener otro integrante de la ex-banda volvía a tener aquellos mismos sentimientos que la primera vez que había visto a John Lennon.

– George Harrison. ¿Tú eres la fotógrafa con la que harán el proyecto?

– La misma.

– John nos ha contado que tienes talento, de no ser así no te habría contratado. – contestó algo serio.

¿Aquello era un halago o un recordatorio de que estaría allí por poco tiempo?

– De hecho, nos hemos conocido bastante y no sólo es una fotógrafa increíble sino resultó ser una simpática muchachita. – John arreglo la frase de su amigo sonriéndole a la morocha.

– Bien, tomaremos unas fotos más y ya. – le indicó Skyler a John, por si quería acompañar a su amigo.

– Oh, no se preocupen por mi. Ya conozco el camino de entrada... Sigan con lo suyo.

George asintió con la cabeza en despedida y se alejó de allí.

– Él es un hombre de pocas palabras. – explicó John.

Skyler alzó sus cejas en una mueca que hizo reír al castaño, y tomó unas fotografías más para luego finalizar.

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La primer semana de trabajo había finalizado, y había logrado capturar varias fotografías muy buenas.

Se encontraba en el proceso de revelado, en el cuarto oscuro de su casa cuando el timbre sonó. "Siempre en el peor momento" pensó.

Corrió a la entrada mientras dejaba secar la primer fotografía, y se encontró a John en la puerta de su casa. Alzó las cejas sorprendida.

– Oh, John... ¿Qué... Qué haces aquí? – preguntó confundida.

– Hola Skyler, lo siento por venir sin avisar. Pero ayer me dijiste que hoy revelarías las fotos y quise pasar a  ver el proceso... Creí que seria interesante.

– Si que eres impaciente. – rió y se hizo a un lado. – Pasa, adelante.

John entró y besó su mejilla. Un sentimiento de electricidad recorrió su cuerpo y sintió cómo se ruborizaba como una adolescente mientras cerraba la puerta principal tras de sí, luego sacudió la cabeza para alejar cualquier pensamiento indebido.

– ¿Cómo has estado? ¿Es un trabajo difícil?

– Todo ha ido bien, de hecho nos vimos ayer. – le recordó irónicamente pero riendo. – Mas o menos... Ya estoy acostumbrada a ésto. Es la mejor parte.

– Muero por ver...¿Puedo ayudarte?

– Primero debes hacer un curso de revelado de tres años. – exageró.

– ¿Tres años? Cielos... – el muy iluso no se habia percatado de la broma, y Skyler soltó una carcajada mientras lo guiaba por el pasillo.

– ¡Estoy bromeando! Claro que no son tres años. Ven, te enseñaré lo que estoy haciendo.

Caminaron hasta el cuarto oscuro que estaba en una especie de sótano. Dentro, John notó que la habitación solo estaba iluminada con luces rojas. La luz era demasiado tenue, y sabía que ésto era común pero no sabía el por qué.