You're The One | John Lennon

Varados

John se encontraba pasando sus dedos por el largo cabello de Skyler, mientras tarareaba una canción con su voz ronca.

Está lo miraba recostada en la cama, igual de emobabada que él. Acababan de hacer el amor hacia como una hora, pero se había sentido tan bien que no querían moverse de ahí, estando juntos, desnudos de cuerpo y alma.

– ¿Te parece si vamos a comer algo? – preguntó Skyler rompiendo el silencio.

– Mm... Me quedaría toda la vida aquí si fuera por mi. – se quejó John y bajó un poco para besarla en los labios.

– Pero debemos comer. – respondió ella riendo en sus labios. – Muero de hambre... ¿A caso tu quieres morir de hambre?

– No. Pero te puedo comer a ti... – bromeó haciendo un rugido juguetón y la mordió levemente en el labio inferior.

– ¡Estás loco! – rió Skyler mientras lo separaba un poco posando una mano en su pecho.

A duras penas ambos se levantaron, ordenaron la habitación y luego de vestirse salieron en busca de un restaurant en aquel pueblo.

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– Creo que deberías llamar a Peter y decirle que estamos aquí. – Acotó Skyler, mientras caminaban por las calles muy poco pobladas de Woolacombe.

Habían almorzado en un pequeño restaurante, dónde John había sido reconocido por una muchacha quien por suerte no hizo mucho escándalo.

– ¿Para qué?

– ¿Cómo que para que? Cualquier cosa podía ocurrir, u ocurrirnos.

– Bien. Busquemos alguna cabina telefónica. – terminó aceptando, y Skyler asintió con la cabeza.

Le preguntaron a un señor que pasaba donde podría haber una cabina, y éste les aviso que a menos de tres cuadras había una en una esquina.

Al llegar Skyler dejó que John ingresara solo en la cabina, y se quedó esperándolo fuera mientras miraba la vidriera de un pequeño local.

– Peter Shotton aquí. – John escuchó la voz de su amigo a través de la línea.

– ¿Pete? Soy John...

– ¡SANTO CIELO JOHN! ¿DÓNDE DIABLOS ESTAS? ¡Te he estado llamando, incluso pase por tu casa...!

– ¡Hey, tranquilo tranquilo! Está todo bien...

– ¿Fué por la entrevista cierto? Escucha, lo siento... No volveré a agendar otra entrevista con Gloria, o con cualquiera que juzgue tu trabajo...

– Peter, escúchame. Está todo bien.

– ¿Dónde estás?

– No puedo decirte eso...

– Vamos, John. Soy tu representante y tú amigo, digamos que soy un 70% responsable de que nada malo te ocurra.

– Nada malo ocurrirá, volveré en tres días máximo.

– Escucha... Se que debes estar en tus vacaciones, pero Cynthia ha llamado.