Tras más de un año de dudas e incertidumbre por fin admití que estabas jugando conmigo. Siempre parecía que yo era tu mundo, que era tu todo pero al final siempre te ibas con otra. Ya van dos veces y aunque te haya conseguido superar, todas las inseguridades que dejaste me persiguen después de tanto tiempo. No me había dado cuenta hasta que me he empezado a interesar por alguien.
Él tiene los ojos más bonitos y brillantes que he visto en mucho tiempo. Esa mirada tan expresiva me atraviesa cada vez que nuestros ojos se encuentra. Es un hombre con el cuál me siento cómoda a pesar de no conocerlo apenas. Su hermosa energía se puede sentir de lejos, una misteriosa energía que desprende sinceridad y amabilidad. No me extraña lo que siento por él, un amor aun no madurado, joven y temprano que me hace buscarle con la mirada cada pocos minutos. Pero tú hiciste que esa forma inocente y dulce de amar que yo tenía se volviese una pesadilla para mi. Llegar a casa y que la poca confianza que tengo se manifieste. La poca autoestima que tus juegos me dejaron brilla por su ausencia. Me paso las tardes triste, sola y llorando por todo y por nada a la vez. No es algo de hoy si no de ayer pero que sigue repercutiendo en mi vida sentimental.
Gracias a ti ya no puedo amar de la misma forma, no me puedo centrar en alguien como lo hacía antes sin que la ansiedad me desborde. De cierta forma es como si aún estuvieses junto a mi asegurándote de que si no eres tu, no es nadie
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Relatos cortos - Mañanas conmigo misma
KurzgeschichtenRelatos cortos y reflexiones sobre situaciones y sentimientos, tanto ficticios como reales. Vuelco mis emociones sobre media página y me desahogo haciendo lo que más me gusta, escribir. En cierto modo poesía .