19/12/2021

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A penas puedo escribir cien palabras sin que todas las emociones salgan a través de mi piel y la ericen como nunca antes me había pasado. Empiezo escribiendo sobre ti mientras me encuentro recostada en mi cama con la manta protegiéndome del frio propio de diciembre. Al rato ya estoy abrazando mis hombros con mis brazos intentando contener todos los sentimientos que me harían caer sobre la cama y me dejarían pensando en ti durante horas. Podría hacerlo hasta que el sol apareciese por el horizonte y mi alarma sonase para despertarme de mis sueños en los que realmente nunca estuve dormida. Tapo mi cara con mis manos tensas avergonzada por todo lo que me haces experimentar sin ni si quiera a ver podido besarte, idea que me hace colapsar aún más. Imaginándome que me besas aparto el ordenador de mis piernas para abrazar uno de los peluches que están junto a mi. Solo me queda esperar a dormirme mientras mi cabeza no para de imaginar un futuro juntos, un futuro que posiblemente nunca llegué a ser real pero que siempre recordaré en mi mente como si hubiese sido nuestro pasado.

Relatos cortos - Mañanas conmigo mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora