Especial Navidad

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La guerra había acabado por fin, después de la caída del Canciller, quien se había descubierto que en realidad era Lord Sidious, los jedi habían ayudado a restaurar la paz trayendo nuevos cambios a la orden.

Tras todo lo ocurrido muchos jedi habían admitido haber roto las normas durante aquel periodo, siendo el primero Anakin Skywalker diciendo sobre su matrimonio, después de la noticia que su esposa le había dicho no podía dejarla sola, mucho menos seguir manteniendo aquello escondido.

El consejo estaba impactado, no solo por Skywalker, si no por la cantidad de jedi que estaban en situaciones parecidas, incluido un miembro del mismo consejo. Fisto había renunciado tras oír aquello, tenían razón, no podían vivir escondidos, no podía hacerle eso a Aayla.

Ante aquel escándalo Yoda no se alteró ni sorprendió, en cambio sonrió complacido.

-Hacer cambios,debemos-Había dicho tranquilamente.

Acto seguido la norma del apego fue la primera en desmoronarse.

Y ahora, tras varios meses, el templo se preparaba para las fiestas que se acercaban, en especial los niños, quienes más ganas tenían de celebrar por fin aquello.

Mientras todo eran risas y felicidad, Obi-Wan permanecía en su cuarto prácticamente a oscuras.

¿Qué seguía ahora? Se alegraba de que la guerra hubiese acabado, pero ahora tan solo se limitaba a entrenar otros jedi y de vez en cuando salía a misiones, pero ya nada parecía darle sentido a su vida, era una sensación horrible de la cual no tenía idea de como deshacerse.

Ahora podría estar disfrutando en compañía de la gente que quería, pero había tomado las decisiones erróneas y cada vez que pasaban los días más miedo tenía de corregirlas.

Había estado equivocado con todo respecto a Satine, la última vez que ambos habían hablado ella le dejó en claro que no quería volver a verle. Él debió insistir un poco más, no dejarla ir tan facilmente, sin embargo hizo aquello que le pidió sin darse cuenta que cada día que pasaba más le atormentaba el hecho de no haber hecho nada.

-Maestro-Llamó Anakin entrando de golpe al cuarto.

-Gracias por llamar, Anakin-Soltó Kenobi levantándose.

-De nada, maestro-Respondió de igual manera-¿Piensa quedarse ahí todo el dia? ¿O va a venir como prometió a ayudar a montar el arbol?

-Te prometí ir, no pienso faltar a mi palabra, pero recuerdo haberte dicho que iría en la tarde-Recordó el mayor comenzando a caminar por los pasillos al lado de su antiguo aprendiz.

-Ya, bueno, supuse que no tendrías que hacer algo en todo el dia, por lo que que mejor que ayudarme a lidiar con todos los preparativos.

-Querrás decir con Ahsoka, ¿No?-Rio Kenobi a sabiendas mientras el menos tragaba saliva-Lo que creía.

-No era por eso, pero ahora que lo mencionas no vendría mal que hablaras con ella-Comentó el moreno.

-Oh no mi aprendiz-Dijo Obi-Wan posando su mano en el hombro del menor-Está vez tendrás que arreglartelas tu solo.

-No puede hablar en serio, maestro, Rex tampoco va a ayudar-Admitió aterrado.

-Tú te lo buscaste-Dijo simplemente el mayor entrando al deslizador.

-Hablas igual que Padme-Soltó derrotado Anakin subiéndose al asiento del conductor.

Obi-Wan rodó los ojos y observó al frente mientras Anakin conducía hasta el apartamento de la senadora Amidala.

-Me alegra verte, Obi-Wan-Saludó Padme feliz al verle llegar.

-Parece que dentro de poco podremos ver a los nuevos miembros de la familia-Comentó animado abrazando a la senadora.

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