Más allá del campo de flores

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Dentro de Oaxaca, existe un pueblito muy pintoresco, llamado San Juan, pequeño pero muy bonito, donde aún se vive a la antigüita, se conservan cultura y  tradiciones iniciales, haciendo de él,  un pueblo interesante y
acogedor.

Aún a los niños se les puede ver corriendo en las canchas de la plaza,  los caminos son de piedra y el cielo es tan claro que las nubes tan esponjosas como un algodón abundan, por las noches los ruidos de la naturaleza son impresionantes, quienes prestan  demasiada atención pueden escuchar el correr del río, y el cantar de los grillos, las estrellas son el espectáculo más  lindo que se pueda apreciar

No muy lejos de la hermosa iglesia del pueblo, se puede ver una casita hecha de  piedra, con  un techo de teja, en donde vive una familia muy unida, conformada por  Paco, su abuela, sus amorosos padres y hermana.

Esta familia se ha  encargado de cuidar y enseñarles cosas acerca de la vida, tanto al pequeño Paco como a Lili  pues su propósito es que, sobresalgan y tengan un futuro brillante.

Paco va en quinto grado de primaria, tiene 11 años, y por la manera en que ha sido educado refleja lo  mucho que quiere a su familia, a pesar de ser aún pequeño, se da cuenta de lo mucho que han hecho por él, así que lo que más anhela en la vida es hacer lo mismo por ellos cuando crezca, pues fue una promesa que juró cumplir  en memoria de su tan querido abuelo Enrique:

Cuando sea grande, quiero apoyar a mis padres y a mi abuelita, regresarles todo el apoyo y amor que han dado por mi, deseo darles una casa muy grande para que vivamos todos juntos, incluso con mis hijos y los de mi hermanita Lili, ¡espero con ansias eso! ... ¡Oh!, pero ¿cuánto tiempo pasará para que suceda esto? Aún soy muy niño...
Ese mismo día, al llegar la noche, Paco se quedó pensando en el futuro que le quiere dar a su familia, y en cómo haría para lograrlo, pensó en el tiempo que le costaría llegar a eso, y justo ahí, al dar una mirada en lo que podría pasar, las preocupaciones empezaron a sobresalir.

Tiempo, tiempo, (este pensamiento no salía de su mente) tomó una libreta vieja y comenzó a escribir... Veamos, tengo 11 años: me falta un año de primaria, tres de secundaria, tres de preparatoria y mi universidad, de aquí en lo que ahorro para la casa, ¡vaya, para ese entonces tendré 25 años!, eso quiere decir que me faltan 14 años, si para ese entonces tengo 25 , mi hermana Lili tendría 30, mi mami tendría 51 y mi papá tendría 53 años, espera un momento -pensó mientras rascaba su cabeza- mi abuelita, ¡ay, mi abuelita tendría 85 años!

Al regresar de la primaria, vió a su abuela tomando el sol, sentada en  una mecedora  al centro del patio cerca de aquel granado que tanto caracterizaba su casa, ella tan contenta de verlo llegar saludó con la mano desde lejos. Paco corrió en ese instante para acercarse.

Hola mi niño, ¿Cómo te fue?
Bien abuelita, hoy nos enseñaron muchas cosas nuevas. En ese momento con mucho entusiasmo comenzó a contarle sus sueños y cuentas que había sacado un día anterior.
Eres un gran niño, estoy muy feliz de que te plantees metas para tu futuro, yo sé que lo lograras y tendrás todo lo que te propongas, por ahora no te inquietes en eso, tu concentrate en tus estudios y diviértete, juega con tus amiguitos, que el futuro ya dirá 
Si tita, pero yo quiero que me veas triunfar, ¿te imaginas cuando llegue ese momento? Te compraré una cama muy grande y una mecedora más bonita
Que lindo eres hijo, muchas gracias por preocuparte por mi
Mi único deseo es que todos estemos bien -exclamó Paco mientras brincotear alrededor de la mecedora- te quiero mucho abuelita
Te quiero mi niño lindo...
-Paco comienza a olfatear un olor muy familiar- ¿Qué estás cocinando? -Preguntó mientras saboreaba
Pan de manzana, veamos si ya está listo
Tomó de la mano a Paco y caminaron a la cocina uno de los lugares favoritos de la ancianita, se acercaron al horno y se podía observar  frente a  ese cristal un esponjoso panqué  con un perfecto color dorado y un aroma delicioso a manzanas frescas...
¡ESTÁ LISTO! ¡ES MI FAVORITO! -Gritó Paco con emoción mientras daba palmaditas
Si lo está -dijo la abuela mientras cortaba y servía un generoso pedazo- siéntate y platícame todo

Al pasar de algunos meses, Paquito sigue muy motivado por cumplir su sueño, es un niño muy participativo en la escuela, cumple con todas sus tareas, ayuda en los deberes del hogar, y cuida a su abuelita que en este tiempo ha enfermado, pues ya no tiene las mismas fuerzas para levantarse o comer junto a todos, se la pasa acostada en su cama y contemplando la foto de su amado esposo Enrique, aún lo recuerda con mucha nostalgia...

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