Preocupaciones

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Paco es un niño muy observador y se ha dado cuenta de ese cambio tan repentino que ha tenido su querida abuela, por ello ha estado dispuesto a  llevarle la comida a su cuarto, la cubre y le lee historias, para que se sienta acompañada. Un día la inquietud del niño ganó y decidió preguntarle:
¿Cómo te sientes tita?, ¿hay algo en que te pueda ayudar? -
Me siento un poco cansada, pero ya haz hecho mucho mi niño, gracias por leerme de tus cuentos, están increíbles, me llenan de mucho ánimo
No es nada abuelita, me gusta estar contigo y cuidarte, que me cuentes también tus historias de cuando eras niña y como fuiste creciendo, incluso cuando nació mi mami
Si, esas historias son las que nos conforman y debemos estar orgullosos de eso  
Lo sé abuelita, yo estoy muy orgulloso de nuestra familia y de nuestras raíces, por ahora te dejo descansar, duerme un ratito, recuerda que cualquier cosa que necesites puedes gritarme, te quiero mucho. -besó su mejilla y salió corriendo-

Más tarde Paco le pregunta a su mami Monica que tiene su abuelita, porque la ha visto muy cansada y eso le preocupa.

Oye mami, ¿que tiene mi tita? La he visto,  ha cambiado mucho, a veces siento que no es la misma, ya ni siquiera come con nosotros, ¿qué le está pasando?  
No te preocupes hijo, tu abuelita se siente un poco cansada, ya esta grande y se fatiga al hacer más cosas, ella necesita tomar un reposo 
Pero, todo estará bien, ¿verdad?
Esperemos que sí, por ahora ella requiere de nuestros cuidados y apoyo,  así que consientela mucho  
Eso haré mamá, al rato yo le llevo el té a la cama, porque ahorita ya se  durmió

Cuando terminó de hacer la tarea seguía pensando en su abuelita, así que se encaminó a investigar cómo podría ayudarla, pasó varias horas sentado frente al antiguo librero de su abuelo, sentía una gran curiosidad de qué libros podrían existir, se acercó poco a poco y al estar hojeando libro tras libro, se encontró con libros que le pertenecían a su padre, además de unos cuantos cuadernillos que relataban leyendas sobre la muerte.

Entre tanta búsqueda  se dio cuenta que a la edad de su abuelita, el cansancio comienza a pesar más, no es necesario estar enfermo para sentirte así, si no más bien los años  fatigan al cuerpo y exigen un descanso.

Su mente se turbaba cuando imaginaba la muerte de su abuelita, pues aunque aun no comprendía bien el significado de morir, era estremecedor el pensamiento de no verla más porque para él, significaba perder a una de las personas más importantes en la vida.

MÁS ALLÁ DEL CAMPO DE FLORESWhere stories live. Discover now