MÁS ALLÁ DEL CAMPO DE FLORES

El aroma que me recuerda a ti...

Él quería hacerle un regalo muy especial, para ver si así por lo menos podría sacarle una radiante sonrisa a su abuela, recordó que una de las tantas historias que ella le contó era sobre unas flores de color rojo vibrante, muy bonitas,  que le regaló el abuelo Enrique cuando fue el día de su boda.

Fué corriendo por su morral y tomó sin previo aviso las cosas que su padre utilizaba para arreglar el jardín y se encaminó al monte, para ver si recolectaba esas hermosas flores... Después de mucho caminar se encontró a la orilla de un  río, no sabía qué dirección tomar

-¿Arriba o Abajo?- pensó muy preocupado, pues el cielo comenzaba a oscurecerse

De Pronto al voltear su mirada, fué como  si un resplandor hubiera iluminado un jardín lleno de aquello que buscaba, se acercó y cerró los ojos un momento para disfrutar de aquel olor tan peculiar e irresistible que en un segundo le trajo  recuerdos especiales que había vivido  con su Tita...
   
    -Es mejor de lo que imaginé- dijo para sí- ese olor tan delicioso y dulce como un perfume- cortó un ramo  pequeño pero lleno de amor e inmediatamente caminó rumbo a casa en medio de la noche estrellada y los grillos cantores, pero con un sentimiento de felicidad que hacía un tiempo no podía sentir.

Al llegar a casa, su mamá muy preocupada le preguntó:
   
¿Dónde has estado?
Perdón mami, pero tenía que ir a buscar esto -dijo mientras sacaba de su morral aquel arreglo tan precioso que había conseguido- Son para mi tita, ella se pondrá muy feliz
Son verdaderamente bellas, estoy segura de que las amará -dijo su madre mientras le ayudaba a ponerlas cuidadosamente en un florero hecho de barro

Paco corrío a ese cuarto tan acogedor en el que su abuela reposaba, se sentó a un lado de ella y le entregó el regalo en el que depositó tanto esfuerzo

    - Mira abuelita ¿te gustan?
    - Me encantan - dijo su abuela mientras los ojos se le  iluminaban y una sonrisa se pintaba en su rostro- es el mejor regalo de este mundo

No necesitaban decir nada más, Paco se recostó junto a ella y  en esa habitación todo se volvió tranquilidad.