━━❛❛-Señorita Yang, las niñas buenas no le hablan asi a sus educadores. Tampoco usan la falda tan alta y menos, se les insinúan de esa forma tan irresponsable.
-Ah señor Hwang, como le explico, que yo no soy una chica
Simular ser quien no eres te de...
Hyunjin y Jeongin estaban acostados en la cama del menor, este estaba dormido entre los brazos del pelinegro, el cual disfrutaba de ver a su Jeongin dormir. Era la mañana del cumpleaños de su amado y estaba algo nervioso, ya que ese día le propondría formalizar su relación.
Desde la noche del 24 han estado durmiendo juntos en la habitación del rubio. Hyunjin se escabullia de su habitación a altas horas de la noche para volver antes de las 7:00am. Era poco tiempo, pero lo disfrutaban. No habían pasado a más de algunos besos y cariñosos mimos de parte del mayor, y estaban bien así, aunque no evitaban que uno que otro beso subiera de tono.
Sintio una risita entre su cuello, supo que Jeongin estaba despierto, asi que lo volteó a mirar y le sonrió- Buenos días precioso, feliz cumpleaños -Le beso la punta de su nariz y envolvió la cintura del más pequeño, enterrando su nariz en el hueco de su cuello.
-Yah, Jinnie... -rió tratando de apartarlo de ahí- Gracias -buscó los labios agenos para robarles un beso. -¿Que lección me va a dar hoy profesor?
Hyunjin levantó una ceja divertido- que tal... ¿anatomía? -Jeongin sintió como la mano del mayor iba bajando de sus caderas hasta su redondo culo, para luego dar un apretón en este sacándole un gemido agudo. Hwang lo miro con una mirada perversa haciéndole hacer un puchero y apartar la mano de su cuerpo recibiendo una queja por parte del de pelo negro.
A Yang se le vino una idea a la cabeza, se mordió el labio y se dió miró a los ojos color negro. Volteó el musculoso cuerpo del mayor, sorprendiéndolo, y se puso encima de el, dejando su trasero en la entrepierna contraria haciéndolos jadear. Moviendo sus caderas se acercó al rostro del mayor sintiendo como la erección debajo de el crecía.
Rozó los labios, pero no los juntó y sonrió- Creo que voy a tomar un baño. -Lo beso y se levantó yendo hacia la ducha. Hyunjin quedó ofendido y sorprendido.
-¡Ey! ¿Me vas a dejar con lo que provocaste? - Gritó con una molestia fingida, apuntando su problema entre sus piernas. El rubio se mordió el labio y lo miró sensualmente para darse una nalgada y luego cerrar la puerta del baño. Hyunjin abrió la boca, se las iba a pagar- De esta no te salvas Yang- volvió a gritarle quitándose las cobijas y caminando hasta la puerta del cuarto, saliendo de este a pasos lentos para no ser descubierto.
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-¡Gracias Minnie Hyung! -el rubiesito estaba emocionado, ya que su hermano le había preparado pastel de red velvet con trocitos de chocolate amargo para su cumpleaños. Se sentó en la mesada con su mayor y procedieron a comer el pastel juntos. Al terminar de comer, recogieron sus platos y los lavaron.
-Innie - llamó. A lo que el rubio prestó atención -A las 8:30 de la noche ven a mi cuarto. Ponte lindo, arreglado. ¿Si? -Jeongin lo miro raro.
-¿Para que Minnie Hyung? -Seungmin no dijo nada, solamente se alzó de hombros con una sonrisa dejando dudoso al menor.
Las horas pasaron y eran las 7:45pm. Y desde la mañana que salió del baño no veía a Hyunjin, y eso lo tenía un poco triste. Penso en lo que Seungmin dijo, y abrió su guardarropa. Decidió elegir un saco abrigado color hueso pegado a su cuerpo, un overol que termina en falda color rojo con botones a lo largo. Y por ultimo un abrigo gris por la fría noche. Se puso sus botas negras de tacón y cuando dieron las 8:25, salió hacía el cuarto de su hermano.
Al llegar ahí, tocó la puerta pero nadie abrió, volvió a tocar pero nada. Así que despacio, abrió la puerta dejando ver la enorme habitación en la oscuridad, excepto por una lucesita que se vió en el marco de la ventana. Avanzó hasta ella y la tomó entre sus manos, pero algo tocó la ventana sobresaltandolo. Al asomarse para ver que ocurria, no se espero ver lo que vió.
Era Hyunjin, en el patio delantero de la casa, parado con una rosa en la mano.
-Hola precioso. ¿Porque no saltas y vienes aquí?-¿Que salte? Se cuestionó Jeongin, mirando asustado la gran altura desde la ventana hasta el suelo. Trago saliva -Ven bebé, salta. Yo te atraparé. -El rubio pareció pensarlo mientras abría la ventana y sacaba sus piernas por esta, hasta quedar sentado en la ventana, pero no tenía la valentía para saltar- ¿Confias en mi?
Aquella frase le dio la confianza que le faltaba, y también un poco de risa- Bien Aladdin, ahí voy -Saltó siendo impulsado por sus brazos, y estando en el aire cerró los ojos, y al abrirlos, encontró a un hermoso peli negro viéndolo a los ojos.
-Ves mi amor, no pasó nada. -Jeongin no sabia si no podia moverse por que acaba de saltar 15 metros hasta el suelo, o por el apodo que salió de los labios rosas- Ven, no hay tiempo que perder -Lo tomó de la mano, y lo sacó de la mansión. Al rubio no le importo, sólo se permitió disfrutar el momento, corriendo, no sabía hacía donde, solo seguia a Hyunjin.
No se dio cuenta, cuando estaban parados en frente del Rio Han. Era hermoso. El cielo estaba despejado y se veían las estrellas. El viento soplaba moviendo su cabello, trayendo junto a el una exquisita brisa.
-Jeongin. -Habló el mayor. El rubio volteó a verlo quedando frente a frente. Hyunjin pasó su mano por la mejilla del menor, dándole un pequeño beso, sonrojandolo, pero no apartó su mano y volvió a hablar-Provocas cosas en mi, que ningún otro ser humano ha logrado. Provocas que tenga ganas de besarte a cada rato, provocas mariposas en mi estomago y un sentimiento de ternura que solo tu haces posible. Humecto sus labios con su lengua para luego volver a hablar. Eres hermoso, eres perfecto. Y ni tu padre, ni tu madre, ni nadie me harán pensar lo contrario. porque eres simplemente perfecto ante mis ojos. Eres un angelito que no merece pasar por tanto sufrimiento, porque naciste diferente para sobresalir, porque no eres igual a ellos- Hyunjin metió la mano en su bolsillo sacando un collar con una llave en el, para luego pasarlo por el cuello de Jeongin, luego lo tomó de las manos -Quiero que amarres esta cosa que me haces sentir y la pongas en un candado, asi nunca dejaré de amarte. Yang Jeongin te doy la llave de mi corazón, asi solamente tú decidirás cuando dejaré de amarte. - Mostró su muñeca izquierda, donde tenía una pulsera, la cual el broche era un candado de corazón. Los ojitos de Yang brillaban debido a las lágrimas, las cuales, el mayor secó.
-Mi angel, ¿quieres ser novio de este simple mortal?
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Después de mil años por fin les traigo una nueva actualización... Perdón por tanta demora [cry]