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El sol brillaba radiante sobre el parque de la ciudad mientras Sunoo y Jake paseaban entre la multitud de personas disfrutando del hermoso día

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El sol brillaba radiante sobre el parque de la ciudad mientras Sunoo y Jake paseaban entre la multitud de personas disfrutando del hermoso día.

El aroma dulce de los helados flotaba en el aire, tentando sus sentidos y despertando un deseo insaciable en Sunoo.

Con los ojos brillantes de antojo, Sunoo se acercó a Jake, su amigo de confianza, y le habló.

—Oye Jake, ¿puedes comprarme un helado? —sus labios formaban un puchero y tenía una mirada de cachorro— Por favor, ¿sí?

—¿Eh? —hizo una mueca— ¿Acaso no puedes comprar tu propio helado con tu propio dinero?

—Solo es uno... No importa, ya no quiero nada. —cruzó sus brazos sobre su pecho molesto.

Su amigo solo se reía por lo infantil que podía llegar a ser, él sabía de su comportamiento y no se avergonzaba de demostrarlo.

—Bien, te compraré tu helado, pero espero que no bailes o te muevas, cada vez que lo haces, se te cae.

—¡No lo haré! Comeré bien...

—Eso espero.

El australiano sabía que Sunoo no iba a cumplir su promesa, lo conocía muy bien.

Cada vez que come algo que le gusta, empieza a bailar de felicidad.

Se dirigieron hacia el puesto de helados que estaba cerca de la plaza, donde una mujer vendía unos deliciosos helados.

—Tienes suerte, justo hay un puesto por aquí cerca, aunque de todas formas también quería uno. —dijo Jake con una sonrisa.

—¿Y así no me querías comprar? —sonrió orgulloso.

—Lo tuyo es diferente, comes como si fueras un bebé, Sunoo —dijo burlón.

—No me juzgues, solo me gusta disfrutar.

En ese momento, llegaron al lugar y la vendedora, amablemente, les dio la bienvenida con una sonrisa.

—¡Hey, bienvenidos! ¿Qué desean?

—Oh, yo quiero sabor uva, ¿y tú Sunoo? —lo mira.

—¡Choco menta! —exclamó

—Enseguida les traigo sus helados. —dijo la vendedora

—Gracias.

Jake le dedicó una sonrisa a la vendedora y luego se giró para mirar a su amigo, cambiando su expresión a una mueca de desagrado.

—¿Choco menta? ¿Es en serio?

—¿Qué? Es mi sabor favorito. —le sacó la lengua— Además, tú elegiste sabor uva y no te dije nada sabiendo que no me gusta.

Él suspiró rendido.

—No sé si estoy saliendo con un amigo de mi edad o con un niño pequeño... —negó con la cabeza.

Grape Boy ๑ 𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora