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En medio de la película, una voz interrumpió el silencio oscuro de la habitación

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En medio de la película, una voz interrumpió el silencio oscuro de la habitación. Era Jungwon quien, con un suspiro, se levantó de su asiento.

—Voy al baño —anunció, aunque su entusiasmo por la película se había disipado—. No me esperen.

Las respuestas unánimes de "De acuerdo" se deslizaron con facilidad entre sus amigos. El sofá se llenó de cuerpos cómodos, mientras Sunoo, Jungwon y Riki se mantenían concentrados en la pantalla parpadeante.

Pero cuando Jungwon desapareció en la oscuridad del pasillo, la atención de Riki se desvió hacia el chico más cercano. Observó cómo los demás tenían los parpados cerrados por el agotamiento, y una arruga de preocupación se formó en su frente.

—Parece que se quedaron dormidos —susurró con pesar, compartiendo su observación con Sunoo.

—Sí, lo noté... —confirmó Sunoo, sus palabras apenas audibles debido a la quietud de la habitación.

Riki, sin poder evitarlo, frunció el ceño ante la evidente fatiga en los ojos de su amigo.

—Tal vez estén exhaustos —comentó con una mirada preocupada en su rostro.

—Puedes dormir si lo prefieres, yo seguiré viendo —ofreció Sunoo una sonrisa amable, aunque sus ojos revelaban su propio cansancio.

—Hmm, yo también me quedaré despierto, puedo aguantar... —Riki respondió, sus ojos destellando determinación.

Sin embargo, sorprendentemente, un bostezo escapó de los labios de Sunoo, traicionando su propio cansancio.

—Parece que es al revés —Riki soltó una risa juguetona, aunque su preocupación por Sunoo seguía presente.

Sunoo soltó un bufido en respuesta, tratando de mantener su determinación intacta, pero su voz delataba el agotamiento que sentía.

—Sé que puedo, ya lo verás —insistió con resolución, aunque su voz era un susurro cansado.

Riki asintió con una sonrisa, aceptando la apuesta silenciosa de su amigo.

—Claro, claro...

Riki rió al ver que Sunoo estaba a punto de quedarse dormido, pero no pudo evitar sentirse conmovido por la insistencia de su amigo.

Al final, decidieron hacer una pijamada en casa de Sunoo.

Afortunadamente, todos habían obtenido el permiso de sus madres para quedarse en la casa de Sunoo.

Los siete chicos compartían una habitación, sin tener idea de las sorpresas que les depararía el futuro ni de si forjarían una amistad duradera.

—Volví —anunció Jungwon al regresar, con una sonrisa de diversión en el rostro.

No obstante, se detuvo en seco al ver a todos durmiendo profundamente, y su expresión cambió a una de sorpresa.

—¿Se quedaron dormidos?

—Sí —respondió Riki con una sonrisa de complicidad.

—Qué débiles —rió Jungwon mientras volvía a su lugar original y alzaba una ceja juguetonamente— Oye Sunoo... ¿Sunoo? Oh...

Jungwon notó que Sunoo también se había quedado dormido, y su rostro mostró una mezcla de diversión y ternura.

Riki ganó la apuesta; Sunoo descansaba con la cabeza apoyada en su hombro, y Riki no pudo evitar sonreír con orgullo.

El japonés sonrió, apreciando el peso en su hombro y mirando al chico con cariño.

«Adorable», pensó, con una mirada cálida en los ojos.

—Lindo...

—Uh... —carraspeó Jungwon, interrumpiendo al rubio con una sonrisa cómplice— Voy a buscar una manta, Sunoo suele tener frío mientras duerme.

—¿En serio? Entonces deberíamos traerle una —Riki asintió, preocupado por la comodidad de Sunoo.

Jungwon se levantó para buscar una manta en el armario y, una vez encontrada, la llevó de vuelta con una sonrisa reconfortante en el rostro.

—Si quieres, puedes abrigarte, esta noche será fría —dijo con amabilidad.

—le devolvió la sonrisa— Lo haré, agradezco que te preocupes.

—Bueno, sé que Sunoo tiene más mantas, así que iré por más para cubrir a todos, incluyéndome a mí —rió Jungwon, demostrando su generosidad.

—Está bien, mientras yo apago la televisión.

—Perfecto.

Mientras Jungwon se encargaba de las mantas, Riki colocó una sobre los dos durmientes con cuidado y afecto.

Agradeció que fuera una manta gruesa y lo suficientemente grande para ambos, y aseguró que estuvieran cómodos.

Trató de acomodar a Sunoo para que durmiera cómodamente y aprovechó para admirar su perfil, con una mirada reflexiva en el rostro.

Le pareció que se veía como un ángel, y su expresión se suavizó aún más.

Pero por un momento, se preguntó:

¿Qué es lo que estaba sintiendo?

¿Admiración? ¿O... amor?

Estaba confundido, su corazón estaba confundido, y su mirada reflejaba una mezcla de emociones.

A simple vista, Sunoo era un chico hermoso con una personalidad atractiva, y Riki no podía evitar sentirse atraído.

¿Estaría bien sentir estos sentimientos por él?

Sin respuestas definitivas, Riki decidió explorar esos sentimientos con cuidado. Colocó su mano rodeando la cintura de Sunoo, cubriéndolos a ambos con la manta entregada por Jungwon, con una expresión determinada y un brillo en los ojos que reflejaba su deseo de cuidar y proteger al chico.

Prometía ser una noche cálida, llena de emociones y descubrimientos.

-sylveon-

Capítulo editado

Grape Boy ๑ 𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora