Bajo mi almohada, aún guardo todas las memorias que acaparamos juntos.
En una cajita está esa foto de cuando nos conocimos, ¡quién diría que a seis cuadras de casa tenía una vecina tan maravillosa!
Allí conservo cada flor, cada cartita que hizo, en el silencio que se interponía, brotar las palabras.
También los mundos creados por nuestra imaginación, la misma responsable de nuestros sueños sobre nuestro hogar perfecto, nuestro futuro juntos, complementados.
Conservo cada etiqueta de esos veinticuatro peluches que usaste, y cada moño de los regalos que compartimos: aquí todo eso está seguro.
Disculpa por lo que voy a escribir, sepas que no es queja ni presunción.
A veces lamento que nuestra colección esté tan llena y mi corazón tan vacío. Perdió la vista, el ánimo, la valentía y su valor.
Cuando te fuiste no te pedí nada, pero tú sí, te llevaste una parte de mí que ahora me hace mucha falta.
Me asegurabas que por mí seguías en este mundo, y que hasta encontrar otro motivo, me pedirías prestado el pedacito.
Y aún lo sigo esperando.
No hay rencor ni pesar, ¿sabes? No fue tu culpa, ni la mía, y aunque sé del culpable a veces quisiera olvidarme de quién fue, de que pasó, de que ya no te tengo.
Terminamos en común, aunque lo que vino después no fue de lo más justo: tú fuiste a la cama sin retorno y yo me quedé aquí, llorando por ti.
Echo de menos esa parte de mí, a veces siento que se me van los latidos y que mi energía se apaga.
A ti también te echo de menos.
Si un día vuelves a visitarme, te lo suplico, deja el pedacito en la puerta, o en el buzón. Allí esperará una nota para ti, con mis mejores deseos y un beso de despedida.
Por favor, no entres. No te veré de nuevo si volverás a desaparecer.
Se me está apagando la vida, pero aún cuando tengo ganas de ir a buscarte, prefiero quedarme un rato.
Trataré de sobrevivir, no te preocupes.
Donde quiera que estés, espero que ahora seas feliz, que por fin le hayas perdonado a la vida sus golpes bajos; porque cada luciérnaga que pasa me dice que esperas lo mismo para mí.
Sigue brillando tan hermosa como la primera mañana que te vi.
Gracias por todo lo que me diste a probar, a imaginar, a vivir.
Sinceramente, del chico al que dejaste malherido.
Descansa en paz.

ESTÁS LEYENDO
Dariune
PoetryUn pensador preguntaba quién daría a su pueblo descarriado un sentido. Al mismo tiempo, un poeta desarmado preguntábase a quien pudieran cambiar sus versos. Más lamentos y cantares que transforman el pensamiento del alma. Traducción del título: Meta...