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Calor, recordaba el calor. Podía sentir los rayos de sol en su piel, como estos la penetraban y calentaban todo su ser, como la planta de sus pies ardía con cada paso que daba.

Le encantaba esa sensación, amaba sentir la arena entre sus dedos y la suave brisa que soplaba, levantando los largos mantos que la cubrían.

No podía ver mucho desde donde se encontraba, solo arena y la fuerte luz del sol que la obligaba a cerrar los ojos.

– ¿Te he dicho lo hermosa que te ves? -dijo mientras la abrazaba por detrás y ella solo sonrió recargando la cabeza en su pecho.
















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– ¡Cleo! Si no te despiertas ya vas a llegar tarde.

Un sueño, solo había sido un sueño pero entonces ¿por qué se sentía tan real? ¿Tan correcto?

A pesar del frío clima de Londres aún podía sentir el calor en su piel, la arena entre sus dedos. Si cerraba los ojos aún tenía esos fuertes brazos rodeándola y haciéndola sentir completa.

Y aquella voz, la recordaba perfectamente. El tono al hablarle era suave pero denotaba autoridad y seguridad. Le pertenecía a alguien fuerte y en control. Aquel tono rasposo y grave hacía que le recorrieran escalofríos, sin duda era alguien que la ponía nerviosa. Pero lo que la ponía más nerviosa era no saber de donde conocía esa voz.

Estaba segura de que si hubiera conocido a alguien así lo recordaría ¿no?

– Me parece muy hipócrita que me hables de puntualidad Sersi -dijo con una sonrisa sarcástica mientras se servía jugo.

Su amiga se dio la vuelta dispuesta a discutir pero, a decir verdad, no tenía argumentos para defenderse.

– Oh ya cierra la boca pequeña sabelotodo.

Sersi era lo más cercano que tenía a una hermana, la había conocido poco después de mudarse a Londres para ir a la universidad.

La noche que se conocieron fue extraña, había salido a un bar con unos amigos y se topó con ella en el baño. Recordaba lo gracioso que se le hizo cuando Sersi la abrazó como si se conocieran de toda la vida y después comenzó a hacerle preguntas a una velocidad impresionante pero Cleo asumió que la chica se ponía amistosa al beber y no le dio importancia.

Después de un tiempo de conocerse Sersi la invitó a vivir con ella y claro que aceptó, no se podía negar, su departamento era simplemente hermoso. Además, pagar una renta completa ella sola era algo casi imposible en Londres. Y así fue como acabaron en esta situación.

– Bueno ya me voy antes de que me corras y me mandes a vivir en la banqueta.

– Oye, olvide decirte pero tendremos visitas. Una amiga que no veo desde hace mucho va a venir por una temporada, ¿te molesta?

MORTAL || DRUIG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora