ⁿᵃʳʳᵃ ˡᵃ ᵃᵘᵗᵒʳᵃ.
Desde aquel dia, todo fue diferente para ambos, el joven siguió sus estudios, estaba a poco de salir y deseaba ver a la joven, escapar juntos, que ambos pudieran ofrecerse una vida juntos.
De vez en cuando le invadía el miedo de que la chica pudiese encontrar a alguien más, pero aún así, guardaba la esperanza, que al igual que él, rechazará a quien quisiera estar a su lado, para poder volver a juntarse.
Por otro lado, la joven, Jade Caroline... Quizá no estaba tan bien, cada día, desde aquel momento, su padre la encontraba adormilada, tirada en su cama, sin parar de llorar, la ventana abierta, un olor extraño y una mirada perdida.
Un color rojo en sus ojos que contrastaba bastante bien con el color azul/gris de su pupila, la misma, se mantenía dilatada, sus labios resecos, un cabello bastante rebelde ahora.
El color rosa había quedado a un lado, ahora solo usaba un opaco color gris, termino por pintar su cabello de negro, quizá para que se viera mejor con aquellas prominente ojeras.
Su padre decia no reconocerla, regalaba todos los días a aquella joven que apenas podía escuchar un vago murmullo, mientras en aquella habitación veía prácticamente de todo.
– ¿Si él te viera ahora que crees que diría? – Comento su padre ya cansado de haberle gritado.
Para su sorpresa, la joven, simplemente con el hecho de que siquiera insinuaran algo de el chico, reaccionaba de inmediato, volteo a ver a el gran hombre frente a ella, parecía haber perdido su miedo a confrontarlo de verdad.
– ¿Crees que puedes manipular me con aquello? Soy una infeliz desde ese día, todo por tu culpa, no vengas de buen padre ahora, toda mi vida estuviste ausente, ¿te daban celos que alguien realmente se interesara en mi? ¿Tanto te molestaba verme feliz? Pues mírame ahora, espero que realmente esto te haga feliz y ahora sal de mi habitación, maldito viejo mal nacido. – La chica hablo con un semblante serio, mirando a los ojos a su supuesto padre.
Algunos dirían que es una exagerada, pero un vacío emocional, no puede llenarse con una tarjeta de crédito, con un cupo de casi 1.000.000 de dólares, ella podía tener lo que quisiera, menos a la persona, que apesar de que la fastidiaba, se preocupaba por su bienestar.
______ °
– ¿Y tu ahora quien se supone que te crees? Te recuerdo, que si estoy aquí, es porque también tengo derecho a esta casa, no porque tenga alguna intención de volver a tratar contigo – Le recordó el joven de ahora 24 años a su madre, la cual había ido a proponerle un par de cosas.
– No debes tratarme de esa manera, recuerda que soy tu madre... – Comento la señora con un semblante arrepentido, ella había Sido realmente la culpable de todo, con la excusa de que era su único hijo y que el debía estar para ella.
– Una madre se preocupa por él bienestar y la felicidad de su hijo, no por si misma, mañana vienen a ver cuánto vale la casa y no te preocupes, compraré tu parte, así que ve empacando tus cosas. – Luego de eso salió de la habitación.
¡Era el día! El reencuentro, la cabaña... La jóven... Su chica... Volvería a verla luego de aquellos largos y amargos cuatro años sin su molesta y mimada presencia.
Al llegar, se sentó en aquellos columpios que ambos amaban, desde la primera vez que los visitaron, aquello le hizo recordar con felicidad y nostalgia su primera cita oficial.
Pero... Así mismo, se quedó el joven, sentado en esos columpios hasta que se fueron las 12:30 de la noche.
– ¿Lo habrá olvidado? – Se pregunto limpiando aquella lágrima rebelde que corría por su mejilla – No... Seguir fui yo quien se equivocó de día... Ella vendrá... Yo la esperaré!.
__________ °
La chica corría de un lado a otro por la habitación completamente desesperada, tenía 19 años y su padre le había encerrado en la habitación para que no pudiera ver a el chico, completamente llevada por la ansiedad tomo una buena cantidad de aquel polvo blanco que tanto había amado por esos años, lo aspiro y se dejó caer en el suelo mientras pensaba como salir.
De a pocos comenzaba a entrar de nuevo en aquel transe, en aquellas sensaciones, logro escuchar una voz muy al fondo.
"La ventana no es tan alta, lanzate, ve con él"
En una maleta logró meter todo lo que en aquel momento creía necesitar , cubrió su rostro con cuidado y su padre, desde su habitación solo pudo escuchar un golpe en seco, vidrios rompiéndose y al llegar, pudo ver a la chica correr lejos, pero ya era algo tarde habían pasado... Quizá una semana desde el día acordado, la chica había perdido la noción de el tiempo y el chico se convenció de que no volvería a verla.
Ninguno dejo de buscar a el otro inconscientemente, pero ambos tomaron caminos diferentes, ambos encontraron pareja, uno de los dos, una persona abusiva, le llenaba de golpes, le chantajeaba y le había trabajar para darle todo y el otro, una pareja, a quien no quería, le tenía allí simplemente para intentar llenar aquel vacío en su corazón, pero claro, era imposible.
¿Van a reencontrarse?
Espera a el siguiente capítulo.