ⁿᵃʳʳᵃ ʲᵃᵈᵉ
Comencé a toser violentamente luego de haberme metido esa bocanada de humo, a estás alturas de mi vida, nisiquiera sabía que era aquello, ¿Marihuana?... No... Esa cosa es un poco mas suave... Sera...
– ¿Que mierda te pasa para toser de manera estúpida? Cada que te lo propones logras avergonzarme! – Una bofetada cayó sobre mi mejilla, la cual me hizo caer de el sillón en el que me encontraba.
Luke... Ahora no recuerdo hace cuanto fue que conocí a el bastardo que se supone que ahora es mi novio... Está diferente a... Debería dejar de compararlos, cada que lo hago, puedo recordar todo lo que me arrebato mi padre.
– Nunca había fumado esa estupidez! ¡¿Que es lo que se supone que esperas?! – Hablé en voz alta al ponerme de pie.
Pero bien, aquella valentía logro durarme poco, cuando este se puso de pie frente a mi, vamos... Es obviamente más alto que yo... Bueno, puedo agradecer el hecho de que nuevamente solo fue una cachetada y una tomada por el cabello.
Palizas, drogas y abusos era lo que había conseguido por parte de aquel pedazo de hombre, pero por alguna razón... Se me hacía imposible alejarme de él, sus supuestos amigos me repetían que era afortunada, porque en varias ocasiones él había Sido quien me había sacado se su casa, quien me había corrido, quien me había dado la oportunidad de escapar...
"Solo lárgate, vete lejos, las demás chicas también pudieron liberarse de él, vinieron a recogerlas y sacarlas en una bolsa negra."
Una bolsa negra... Después de todo lo que ha pasado, no sería realmente malo morir, aún puedo ver en la calle, tirados y casi recién hechos los carteles de "Se busca" con mi foto y mi información, seguida de las palabras de "disculpa" de mi padre.
"Jade, hija, se que podrás leer esto, porfavor, vuelve a casa, estoy preocupado, estamos preocupados, siento todo lo que pasó, quien eres ahora es todo mi culpa, si vuelves, juro que te ayudaré a ser feliz, con quién desees y como lo desees"
Anciano estúpido, como si el pudiera encontrar a ese hermoso chico... Aquellas semanas fueron las mejores de mi asquerosa existencia... Me las arrebato y ahora desea que vuelva. Claro que iré, pero a darle su merecido.
Ignore las palabras que contenía ese estúpido pedazo de papel, tome una bolsa grande de mi preciado polvo blanco, la metí a mi bolsillo, saque el dinero, lo lance a algún lugar y salí de allí con suma tranquilidad.
Lo único bueno de salir con ese idiota es que nadie más podía tocarme un pelo, bajo ninguna circunstancia, en aquellas feas, olorosas, pesadas y violentas calles, yo podía hacer lo que se me antojara y todos debían ignorarlo, o si no... Bueno, quien sabe que les pasaba, no me interesaba lo suficiente.
Aún no estaba lo suficientemente perdida como para olvidar la primera vez que había conocido a aquel hombre que ahora relativamente dominaba mi vida, que ahora, relativamente estaba llenado mi cuerpo con todas esas drogas que ahora, parecían difíciles de dejar a un lado.
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— ¿Que haces tan sola por estas calles pequeña? ¿Tú papi no te enseño a tener cuidado por dónde caminas? — Sentí una voz gruesa en mi espalda y me di la vuelta logrando ver a un hombre alto con mi teléfono en sus manos.
— Puedes quedarte lo si es que a eso te refieres — Hablé paseando mi mirada de arriba a abajo por todo su cuerpo, para luego comenzar a caminar de nuevo.
Justo cuando la presencia de el hombre se hizo pesada un grito por mi parte quizá logro detenerlo, "Sky" hablé algo alto al ver a mi lindo proveedor, éramos bastante amigos, después de todo, habíamos estudiado juntos en la universidad, había Sido quien me guío a la primera línea de mi perdición.
Luego de eso, aquel hombre alto, había logrado por todos los medios que está pequeña chica le hiciera caso, una buena regla de ese cuchitril de dónde él vivía "Respetar a los compradores externos" como si esto fuera algo tan elegante y formal para usar estás palabras, pero aquello me había salvado de que ese idiota me secuestrase hasta que aceptará que no tenía más opciones que ser su capricho
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Y ahora heme aquí, siendo "Su mujer" maltratada, moribunda, y con mi linda carita casi echada a perder, aveces logro preguntarme... ¿que llegaría a pesar Troy si me viese de esta manera...?
Una gruesa, larga y prominente línea blanca ingreso por mi nariz logrando que todo mi cuerpo temblara un poco, di un pequeño salto y me recosté a la pared que había detrás de mi sonriendo perdida.
– Troy... Cuánto te amo... – Una lágrima corrió por mi mejilla y solo pude cerrar mis ojos dejándome llevar por mi oro blanco.
