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Michael.

Me senté frente a mi padre, mientras el leía los papeles que le había dado, después de unos minutos, el me miró.

—Te regresaré todo lo que te pertenece.—Nego.

—Yo quiero que te sigas haciendo cargo de las empresas, en especial la de Italia.—Lo miré.—Tu esposa, y tu hija serian muy felices allá, todo es tuyo Mike, hasta que Alessa este en condiciones de hacerse cargo de algo, por mientras, solo tomare el dinero que tenía antes de lo sucedido, me ayudara a vivir tranquilamente junto a tu madre, no me siento en condiciones para hacerme cargo, no a mis 50 años, solo quiero disfrutar de mi tranquilidad, al terminar los juicios de tu tio, nos regresáremos, y nos ha hecho gran ilusión que te regreses con nosotros.

—Debo hablarlo con Valentina.—Le dije honestamente.—Yo no solo tengo que pensar en mí, si no también en mi hija y mi esposa, yo ya tengo una vida aquí.—Sonreí.

—Lo se.

—¿Y Alessa?

—Sabemos que no aún no es apta para hacerse cargo, ya cuándo este lista, ella podrá decidir.—Asentí. Escuchamos gritos, así que salimos, estaba Alessa llorando.

—¿Que pasa?

—Tu esposa me ha gritado, me dijo que esta no era mi casa, y tu querida prima me pegó.

—¿Que le hiciste?

—¡Nada! Ella esta loca, ¿no crees que eh sufrido bastante, como para que ellas dos vengan y me agredan? —Hice una mueca, no quería pelear con Valentina por mi hermana, pero en parte tenía razón, es su casa, y en ningún momento le quitaría autoridad, no porque sea yo quien mantenga la casa, quería decir que era menos, no dije más, y esperé a Valentina.

Me reí al ver su cara un poco roja, y su aliento a alcohol, se veía tan tierna un poco ebria. Suspiré, mi familia estaba aquí, no en Italia, y ellos debían entenderlo. Me dolerá el tenerlos lejos, pero no era yo solo, Valentina tenía a sus padres aquí, Jo tenía a su madrina y a sus tíos aquí, yo tenía a mis amigos y a mi prima aquí, no hay porque volver, me acosté a lado de Valentina, y en pocos minutos nos quedamos dormidos.

***

Desperté antes que Valentina, sonreí, me metí a bañar y me puse un pants, fui al cuarto de la bebé, estaba despierta, jugando con su pequeña sonaja, le sonreí.

—¿Como esta la niña más linda del universo?—Ella río.—Vamos a bañarte.—preparé el agua, tibia, como a ella le gusta.—Josephine, mírame.—Sonreí.—Si, nos parecemos, no preguntes como, pero lo hacemos.—Termine de bañarla y la cambié, le puse un pequeño vestido azul.—Idéntica a tu madre, sin duda. —Le di su fórmula, ella se quedó dormida, fui a la habitación, Valentina ya estaba cambiada, le sonreí. Me puse mi traje, y mi corbata, bajamos, ya estaban todos en el comedor.

—¿Quieren que les prepare el desayuno?—Negamos ante las palabras de Mónica, Valentina hizo hot cakes, nos sentamos y comenzamos a comer. Pude sentir la mirada de Alessa sobre Valentina, pero ella ni siquiera le hacia caso, yo estaba platicando con mis padres, Valentina se levantó de la mesa.

—Mónica, ¿puedes cambiar las sábanas de la habitación de Jo? Y desinfectar todo, al rato va a venir Karol y Ana, ¿puedes prepararnos el cuarto de juegos?

—Cuñada, no creo que sea conveniente el traer a Karol a la casa de mi hermano.

—Alessa...—La regañaron mis padres.

—¿Que? Esa estupida...

—Viene a mi casa, no a la tuya, cuándo tu tengas casa propia eres libre de invitar y negar la visita a quien quieras. En MI CASA, yo elijo quien entra, si no te gusta, te aseguro que a tu hermano no le costará pagarte hotel, o llevarte a su antiguo departamento. Mónica, trae a la bebé al coche, con permiso, provecho.—Sin más salió.

Para siempre| Michaentina #BA2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora