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Michael.

Era horrible sentir esa sensación otra vez, y ahora era peor, perder a una de ellas tres, o a las tres sería mi destrucción, lo se, yo ya me había resignado a no tener a nadie, pero Valentina me había enseñado a amar, a darme cuenta que yo tenía bastante amor para dar, mi hija era lo más importante en mi mundo, esa pequeña me había hecho darme cuenta de lo valioso que era mi vida, y por otra parte Karol, era la que me había tenido paciencia, amor, yo realmente no soportaría.

Llegué al hospital, me dirigí a la habitación de Nadia, me identifiqué con el guardiá que estaba afuera, me dejo entrar, los saludé.

—¿Las encontraste? —Negué.—Te ves fatal.

—No eh dormido, ¿Como están?

—El doctor dijo que necesito tratamiento, pero es caro, y rehabilitación para mi pierna y brazo, de ahí en fuera, estoy bien, creo. Aunque quiero irme a casa.

—No puedes, necesitas cuidados.

—Sergio, este hospital es caro.—Interrumpi.

—Hablaré con el doctor, no hay problema por el precio, yo lo pagaré.—El doctor entro y le dió medicamento.—¿Se puede ir? Ella no quiere estar aquí.

—Si, pero necesitará cuidados, muchos, y tendrá que venir a sus rehabilitaciones.—Los tres asentimos.—Preparare el acta medica.

—Ahora vengo.—Asintieron, fui a pagar la cuenta, tomé mi teléfono y le marque a Ana, me contesto.—Un favor, necesito que me consigas una enfermera, para hoy, te mandaré la dirección, por favor.

—Tienes tanta suerte que te quiera.—Reímos.—Adios. —Volví a la habitación, Nadia ya estaba cambiada, los llevé a su casa.

—Vendrá alguien a una entrevista con ustedes, es una enfermera, para que se pongan de acuerdo con ella, para que cuiden de Nadia de tiempo completo si quieren, habrá un guardia frente a su casa.—Me llegó un mensaje. Sonreí. —Debo irme.—Tome una pluma y un papel que había en el comedor.—Cualquier cosa marquen estos números, volveré, cualquier cosa que decidan, yo los apoyo, todos los gastos corren por mi cuenta, si necesitan medicamentos, tomen un taxi, no manejo demasiado efectivo, pero espero les sirva hasta que regrese.—Deje unos billetes en la barra de la cocina.—Creo saber en dónde están, debo irme.

—Tráelas, y cuídate.—Sonreí, salí de la casa y maneje a la mía, ya estaban los chicos esperándome.

—Ya llegó la niñera, y la enfermera debe de estar llegando a casa de tus suegros.—Dijo y se puso el cinturón de seguridad, la miré.—¿Que? No quiero morir en tus manos, pospuse todas tus juntas hasta nuevo aviso. —Odio cuándo manejas así, pero te perdonó.

—Hermano, esta dirección si que esta lejos, no quería que las encontráramos.—Le llame a Yankel y le informe, pedí una ambulancia, maneje una hora más y llegamos a una casa totalmente abandonada, vimos cómo explotó la casa, nos miramos entre sí.

Sentí mi cuerpo desvanecerse, Ana me tomo del brazo, me recargué en mi auto.

—Debemos buscarlas, a lo mejor y lograron salir antes de la explosión.—Jordi y Ruggero se fueron.

—Todo estará bien.

—¿Que pasa si ninguna esta viva? —Escuché el grito de Ruggero, nos dirigimos con el y tenía a Valentina en brazos, abracé a Karol, escuchamos la ambulancia, subieron a las chicas, conduje detrás de la ambulancia, llegamos al hospital, bajamos y llevaron a las chicas a revisión, Ana y Jordi trajeron cafés, suspiré impaciénte, vi a Karol por el pasillo, la abracé.—¿Como estás? ¿Por que mierda no estás en revisión?

Para siempre| Michaentina #BA2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora