Wow, wow, wow. La chica era hermosa, pelo casi negro, ojos azules, lindas facciones, labios levememte rojizos, pestañas lo suficientemente largas como para poder apreciar sus ojos, no era tan alta pero tampoco tan bajita, era de estatura media, una sonrisa encantadora, se podría decir que la chica ideal.
-Un gusto, mi nombre es Sadie- la pelirroja extendió su mano para estrecharla con la de la ojiazul. Luego de su acción le dio un leve codazo en las costillas de la castaña para sacarla de su trance.
-Oh si, soy Olivia ,un placer- sonrió con una sonrisa medio forzada y estrecho su mano con la de Heather.
Luego de un almuerzo algo incomodo para la castaña volvieron a clases. Hora de Matematicas.
Durante la hora de esa materia la ojimarrón pensaba en Heather, en lo hermosa que era, se comparaba con ella, pensaba que era... mucho mejor que ella.
Ella pensaba que de seguro tambien era buena en sus estudios, e incluso que probablememte sea buena en, artes, dibujo, volley, futbol, italiano, esgrima, y en muchas mas cosas. Eso la estresaba.
Pero no tenía de que preocuparse, ella no podría robarle a Teo, ¿o si?.
Luego de un par de regaños hacia Olivia por parte de la profesora de matematica por no prestar atencion en clases fueron al receso.
En las canchas, donde solían estar siempre los 3 los esperaban la pelinegra y Teo, sentados charlando muy animadamente, imagen que hizo que la expresión de la castaña cambiara de una feliz a una desanimada.
Sadie lo noto y en forma de apoyo entrelazo su brazo con el de ella para seguir con su camino a las gradas nuevamente.
-Oh chicas, aquí están- espetó con una sonrisa Teo al percatarse de sus precencias.
-Hola- sacó su mejor sonrisa para evitar tener algun momento incomodo.
Se sentaron junto al par y empezaron a charlar de temas variados, nunca dejaban de hablar, mantenian charla constante, mejor para la castaña, no queria tener silencios incomodos.
Algo que hizo punzadas en el pecho de la castaña era ver la forma en la que el miraba a Heather, con atención, cariño, era como si apreciara cada faccion de ella, no queriendo dejar de admirarla, de apreciar su rostro, en otras palabras como Olivia miraba o mira al castaño, siempre...
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