• Último día familiar... •

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Me he levantado y traigo un sueño, realmente insoportable, me fijé en la hora y eran las 7am —Dios... Que gran hora se te ocurre levantarte cuerpo— mientras me quejo y maldigo a mi cuerpo por levantarme muy temprano, escucho que me hablan.

—Reni, ven.

Salí, fui hacía el primer piso ya que de ahí se escuchaba el llamada y si, era mi mamá que estaba tranquila sentada en el sofá —¿Qué pasa mamá?—

Mi mamá me vió pero era una cara de tristeza, sus ojos solo me veían con preocupación y eso me ponía nerviosa, realmente buscaba alguna razón para que estuviese así por mi, pero no la hay o eso creía —¿A dónde iras hoy?—

Después de a ver estado perdida en los pensamientos del por qué recorde que a mamá no le había dicho, me acerque y me sentándome a un lado de ella —No te dije mamá, me invitaron a una fiesta hoy, ira Gaby también—

Mi mamá cambia aun más su cara, me toma de las manos y con sus pulgares los frota en la parte superior de mis manos, después de unos segundos que las ve, decide verme a los ojos «Esto enserio que me pone muy nerviosa» Me le quedé viendo a sus caricias que me hacía, que por un momento me olvidé que me quería decirte algo.

—No vayas...

Reaccione y le vi a los ojos —¿Por qué no, mamá?—

—Hija... Será tal vez tonto para ti, pero soñé feo contigo y algo en mi pecho pulsa.

Realmente me sacó un poco de onda lo que dijo —Vamos mamá, estaré bien, hasta ira Gaby, así que nos cuidaremos entre nosotras—

Mi mamá vuelve a ver hacía nuestras manos, claramente no está bien aún —Mamá tranquila, te prometo que regresaré sana y salva—

Me voltea a ver de nuevo —¿Me lo prometes?—

—Si mamá.

Se acercó y me dió un gran abrazo, así que la abracé. Realmente adoró la calidez que se sienten en los abrazos que me da mamá.

—Bien, ¿Desayunamos?

—Si mamá, vamos.

Después de esa pequeña charla pero gran momento, si, si, gran momento en el sentido de tiempo, nos hicimos 30 minutos, yo creí que habíamos durado como 10 minutos. Nos tocó hacer el desayuno, no fue el gran desayuno, pero lo hicimos.

Les cuento un poco de mi familia, mi mamá se llama Marisol y mi papá de llama Ricardo, tengo un pequeño hermano llamado Martín, el apellido de la familia es Will, mamá es ama de cada, es España y tiene 36 años, papá es empleado de una empresa, es España y tiene 38 años, mi pequeño hermano tiene 6 años, el y yo somos de México, hubo un tiempo que mis papás se fueron a vivir ahí, pero después de un año de a ver nacido mi hermano, nos regresamos a España.

Bueno, regresando. Pase un gran rato con ellos, vimos una película mientras desayunamos, nos apuramos hacer el quehacer entré todos y con el tiempo que quedo, nos pusimos a jugar un juego de mesa tal vez lo conozcan se llama "Adivina Quién?" Y si no... Bueno ya te dije un nuevo juego para que lo pidas a tus padres.

—Ya me canse de jugar— me estiré en el sofá que estaba sentada.

—Ya son las 5, ¿A qué hora te irás?— pregunto mamá.

Papá volteó a ver a mamá y a mi varias veces con una cara de confusión, para después solo verme a mí —¿Qué? ¿Ya no me pides permiso o no existo?—

Mi mamá y yo nos miramos, fue tán gracioso ese momento que en vez de que el ambiente se pusiera tensó, nos empezamos a reír a carcajadas las dos.

—Jaja... ay papá, lo siento, fue tan gracioso tu reacción— Me levante y me puse de rodillas frente a el donde estaba sentado, agarrándome las manos así como si alguien estuviera suplicando, yo lo hice por pura exageración —¿Me dejas ir papá?, por favor— le hice una cara como de perrito cuando quieren algo, nunca falla.

Mi papá me ve entre los ojos cerrados, para luego sonreírme —Esta bien ve, pero prométeme que si no estas bien o quieres que vaya por ti, me llamaras, no importa la hora que sea—

—Esta bien, lo haré papá.

Papá agarró mi cabeza de los lados, acercándola hacia el para poder dar un beso en la frente —Te amo hija—

Sonreí ante las palabras de mi papá —y yo a ti—

Es tan genial el amor que me dan mis papás cuando lo demuestran y lo dicen, realmente es como tener mil años de vida más, me hacen sentir tan especial que siento que ante sus palabras lo puedo todo.

Subí a mi cuarto, tome mi toalla y sandalias, para así dirigirme a la bañera, puse mi música a todo volumen, es que yo cuando estoy en la bañera, es como estar en un concierto mío.

Después de salir a bañarme empecé a ver qué me iba a poner, entre toda la ropa que había en mi armario y algo llamó la atención de mis ojos, un bello vestido verde y los tirantes o manguitas estaban a los lados de mis brazos, debajo de los hombros, no era tan largo pero tampoco corto, muy bonito.

Me lo puse con unos tacones negros, unas argollas y unos collares de color dorado, realmente me veía bien, ahora solo faltaba la maquillarme.

Di un pequeño suspiro —Ya termine— lo dije mientras me veía, ya solo me faltaba lo mas importante, perfume, me lo puse y así baje las escaleras, las baje como si fuera una princesa y todos la estuvieran esperando abajo para poder verle.

—¡Que bonita hermana!— Fue mi pequeño hermano el primero en verme, acercándose abrazarme.

Lo levante en mis brazos y le di un beso en su mejilla —Tu también eres muy bonito— le sonreí así que el me regreso la sonrisa «el es tan lindo, me siento fea a su lado»

—Que bella te ves hija— dijo papá mientras me daba una sonrisa.

—Si... Muy bella hija...— mamá me veía sonriendo pero sus ojos eran tristes, ella se me acercó tomándome de una mano —no vayas...—

—Quiero ir mamá, estaré bien, ¿Sí?

Aún no convencida me da una sonrisa —Esta bien—

—¡Abrazo familiar!— Dijo mi pequeño hermano

Y todos nos acercamos para abrazarnos tan fuerte, como....

Como si fuera la última vez que lo haríamos...


Como si fuera la última vez que lo haríamos

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¡¿Acaso eso se puede?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora