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Aleixander Malfoy

—¿Quieres que te enseñe?— me río, y Gilbert asiente totalmente serio.

—Te reto a que lo hagas.

—Nuestro juego era de verdades, no de retos.— le digo, aunque mis manos actúan con vida propia y se cuelan por su pecho y cintura descubiertas, explorando a su paso.

—Así que, ¿no te atreves?— vuelvo a reírme sin creer las palabras que salen de su boca y lo tomo desprevenido cuando mi mano se mueve de su pecho a su nuca, tomando su cabello en mi puño.

—Si sigues jugando con fuego te vas a quemar, Berty.

—Tal vez yo quiero quemarme, Xei.— cuando nuestros labios vuelven a chocar, lo hacen de una manera tan brusca y fuerte que siento mis labios arder. Gilbert trata de poner sus manos en mi torso pero lo detengo a tiempo, atrapando sus manos y sujetándolas con fuerza entre nosotros con mi mano derecha.

La izquierda baja hasta la cintura del chico sobre mi y hago una repetición, mucho más leve, del movimiento de cadera que Gilbert hizo antes. Sus manos tratan de moverse de nuevo pero no se lo permito, y vuelvo a empujarlo con más fuerza esta vez, lentamente. Me separo de él solo un segundo para hablarle.

—Si mañana olvidas esto, te mataré.— no dejo que responda y vuelvo a conectar nuestros labios solo para que no diga ninguna estupidez. Suelto sus manos que siguen juntas entre nosotras y él ni hace el intento de moverlas. Buen chico.

Para cuando las posiciono nuevamente en sus caderas, Gilbert ya se balancea sobre mi solo sin que tenga que moverlo. En la sala solo se oye la fricción de nuestros pantalones, nuestros corazones acelerados y los sonidos leves que abandonan nuestra boca en el breve momento en el que reposicionamos nuestro beso.

Esto continúa por unos minutos, en los que realmente no estoy bastante seguro de qué hacer. Aunque bebí, Gilbert está en un estado mucho peor que el mío y no quisiera aprovecharme de él así que decido no pasarnos de la raya o ir tan lejos como para que se pueda arrepentir.

"Es un poco tarde para eso, estúpido." Dice el Bash de mi cabeza, teniendo razón. Gilbert separa el beso y me mira con algo que solo puede ser frustración, sus ojos están más oscuros que nunca y sus pupilas dilatadas.

—Ya no.— es lo único que dice e inclino mi cabeza un poco confundido, me toma de los hombros y me voltea en el sofá en un movimiento brusco, dejándome a mi acostado con el sobre mi.

Todo pasa tan rápido que casi no lo puedo procesar, toma el control completo de la situación y vuelve a besarme, sus manos recorriendo mi torso completo.

—Eres... muy lento.— me dice, con la voz muy ronca. Me derrito como si fuera chocolate y el pone ambas manos en mis rodillas para abrir mis piernas y se posiciona en el medio de ellas, yendo tan lejos como para entrelazarlas en su espalda.

Estoy completamente a su merced cuando es él quien no me permite tocarlo, juntando mis manos sobre mi cabeza apretándolas con fuerza contra el sofá.

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—Y entonces, justo ahí, de repente y cuando era el mejor momento, se durmió.— le termino de contar a Bash, que tiene ambas manos cubriendo su boca del asombro.

Cuando desperté esta mañana en la cama de Gilbert, (cosa que realmente extrañaba) Gilbert me sostenía con fuerza por la cintura como si no quisiera dejarme ir, por suerte todavía dormido y seguro con la resaca más fuerte del planeta.

Bajé a la cocina después de media hora luchando para salir sin que se fuera cuenta, el pobre Bash solo hizo entrar a la casa y ser emboscado con toda la historia de los acontecimientos de anoche.

—Él estaba sobre ti, completamente bien y de repente simplemente Puf, se durmió?

—Pensé que se había desmayado, pero roncó. ¡Solo se durmió! ¿Quién demonios hace eso? Cómo pasas de ser un dios sexual a dormirte de repente en un segundo, no tiene sentido.

—De verdad tengo que ir a trabajar pero me quedaré aquí sentado solo para ver qué pasa cuando despierte. —Bash se ríe, y mi cabeza sigue dando vueltas tanto por el alcohol de anoche como por la incredulidad de lo que sucedió.

—Tengo miedo de que...

—Lo sé, cariño, tranquilo. Todo estará bien.— dice el moreno, dándole un leve golpecito de apoyo a mi brazo.

Justamente, como si fuera un juego del destino completamente planeado para hacerme la vida un infierno, se escuchan pasos del piso de arriba. Las manos comienzan a temblarme y mi estómago da una vuelta de los nervios.

Gilbert aparece en las escaleras, solo en su ropa interior y sosteniéndose la cabeza, soltando gruñidos a su paso.

—Me duele la cabeza, siento que voy a morir.— dice, su voz está ronca y casi no se le oye. Le ofrezco mi vaso de agua y el lo toma de mi mano y se lo bebe de un trago.

—Entonces... ¿cómo estás?— le pregunta Bash. Yo bajo la cabeza para mirar mis manos, y me limito a jugar con ellas con nerviosismo. Si me está hablando, es porque no lo recuerda.

—Bien, aparte del hecho de que siento como si fuera a morir en cualquier momento. Pero es mi culpa por comprar algo tan fuerte y beberlo como si fuera agua...

—Si.— es lo único que Bash dice, y nos quedamos en un silencio total que solo dura unos segundos. Gilbert se dirige a las escaleras como si fuera a volver a subir a su cuarto, pero se detiene a medio camino como si hubiese olvidado algo y se da la vuelta, caminando hacia nosotros.

—Deja de temblar.— dice cuando llega a mi lado, sus frías manos toman mi rostro entre ellas y me lleva a su rostro para darme un pequeño y corto beso. —Volveré a dormir, sean unos solecitos y cocinen.

Sube las escaleras despreocupado, incluso bostezando y rascándose el estómago con su carita tierna. Bash y yo nos quedamos sentados, congelados en nuestro puesto.

—Tendré que mudarme, ahora siempre andarán calientes.

—Si, hasta estoy caliente ahora mismo.— le digo, medio bromeando y medio enserio. Todavía no puedo creer lo qué pasó.

¿Esto donde deja nuestra relación?

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Deben estar pensando, ¿acaso me mori para que esta loca ahora actualice tan seguido?

La respuesta es no, simplemente me inspire, no pasa seguido pero cuando pasa lo aprovecho.

Comencé este capítulo súper inspirada pero también lo forcé un poco así que no es como que me encante. Igual, todos los capítulos no pueden ser smut intenso ahre

Muchísimas gracias por leer, comenten mucho, me encanta leerlos :c

Lau ❤️

Pride - Gilbert Blythe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora