Thalía.
Un día antes de la partida...
Tenía que meter una nota en la maleta de Elías, sin que él se diera cuenta.
Me desperté la primera. Todavía por la ventana entraba la luz que desprendía la luna, era de madrugada.
Con paso sigiloso fui hasta la habitación de mi hermano. Estaba dormido como un tronco, su cabeza descansaba encima de la vieja almohada donde se le desperdigaba algún pelo rizado negro.
Tenía costumbre de dormir siempre con un pantalón desgastado verde, su color favorito.
Se le podía ver perfectamente su torso desnudo marcado, era un chico muy trabajador siempre estaba de un lado para otro.
Los hombres de este territorio tenían que trabajar en las casas de los grandes lores, ya que, ellos también poseían tierras en esta parte del reino. Por eso Elías estaba tan fuerte porque se levantaba temprano y llegaba a casa tarde trabajando.
Para mí, mi hermano era un orgullo. Aunque su carácter fuera tan frío y distante con todo el mundo al contrario que conmigo su niña consentida. Era muy lógico que todas las chicas estuvieran locas por él. Era el chico inalcanzable por el que todas suspiraban más de una vez me habían mirado con mala cara al ver como me trataba.
Una risa me volvió a la realidad.
En décimas de segundos estaba tumbada al lado de Elías. No me había dado cuenta de que lo había despertado con mis pasos.
-¿Se puede saber que haces ratona?
Elías estaba sonriendo abiertamente, era una risa contagiosa, me encantaba cuando me trataba así.
-Quería despertarme contigo, la última vez antes de tu partida.
- A ver pequeña, todo va a salir bien ¿vale?
Una lágrima se resbaló por mi barbilla, enseguida mi hermano me la limpio y me abrazo.
-Elías ¿Me prometes que nunca te vas a olvidar de mí? - le dije suspirando.
- Thalía, nunca me voy a olvidar de ti. Cuando todo acabe vendré aquí, os daré una mejor vida a padre y a ti.
Elías estaba muy cariñoso conmigo, estuvimos hasta que salieron los primeros rayos de luz en su cama. Contando anécdotas de cuando éramos pequeños.
-Te acuerdas de esa vez que fuimos al bosque - me dijo sonriendo
-Papa nos castigó durante una semana - dije riéndome
- Claro como no nos va a castigar, si te hiciste una herida en la rodilla enorme.
- Fue por tu culpa- le dije sacándole la lengua.
- Si claro y que no miraras al suelo sin parar de correr también.
-Por supuesto.
Los dos nos reímos tanto que despertamos a mi padre.
-¿Qué hacéis?- su mirada volvió a cambiar otra vez.
-Papá la hermana solo quería estar un rato conmigo antes de mi partida- la voz de mi hermano se volvió tensa.
-Sí papá, mañana se va y nos sabemos cuándo lo volveremos a ver.
Mi padre nos miró una vez asintiendo con la cabeza y se fue a trabajar.
-Ratona tengo que ir a trabajar hoy salgo antes, luego si quieres podemos ir a dar una vuelta al bosque.
- Vale, prepare un picnic hace mucho que no vamos- le dije emocionada.
En cuanto Elías salió por la puerta saqué la nota que le había escrito. Menos mal que en un momento de descuido pude guardarla en el bolsillo del pijama.
Nuestros pijamas la mayoría estaban confeccionados por mí, mamá antes de morir me enseño a coser. De la ropa que nos daba el gobernador vienen toda clase de ropa incluso pijamas, pero mamá siempre se ha negado a que vistiéramos con ropajes que estaban rotos. Toda la ropa que recibimos la reciclo para hacer una nueva.
Cantando y bailando me puse a hacer la comida. Le dejé a mi padre sopa con pan echa para que cuando viniera pudiera comer y una nota donde le decía que me iba con Elías a dar una vuelta.
-Me encanta verte tan feliz.
-Ya está todo preparado cuando quieras nos vamos.
-Voy a darme una ducha y nos vamos enana. - Me dijo sonriendo.
En una cesta de mimbre puse, pan, agua y un poco de queso. No era mucho, pero lo importante era estar cerca de mi hermano.
En el camino algunas personas nos paraban por la calle, lo trataban como un héroe. En cambio, él se limita a sonreír tímidamente y no hacer mucho caso a lo que le decían.
Cuando llegamos al bosque pusimos la cesta en el suelo junto con una manta para sentarnos, estábamos conversando cuando vimos una luz a lo lejos.
-¿Ves eso? - le dije sorprendida
Sí, no es la primera vez que la veo.
Elías estaba muy desconcertado, pero yo quería ver de qué se trataba era como mi sueño.
- Vamos a ver que es - le dije levantándome
- Espera, Thalía no corras. - su voz se volvió autoritaria.
YOU ARE READING
Tierra inhóspita
FantasyAqua esta compuesto por cinco reinos en uno de ellos, el más inhóspito nació una chica demasiado rebelde para el sitio donde le ha tocado vivir. Thalía es una mujer fuerte y luchadora, eso no le gusta a sus vecinos, las mujeres tienen que ser calla...