Capítulo 14.

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Enya

El libro estaba bastante deteriorado, en la portada aparecía la inscripción de un nombre Enya. 

Dentro de él, había dibujos. En una parte empezaba a contar una historia la cual estaba inconclusa ya que llegaba hasta una fecha y luego solo quedaba hojas rotas deterioradas por el paso del tiempo, en ellas solo se podían frases sueltas. 

25 de abril.

Hoy es la fiesta de los fundadores, estarán reunidos los altos cargos de esta tierra. Me han invitado ya que mi familia pertenece a la élite. El caballero misterioso, de ojos color zafiro se encontrará allí, es el hijo del comandante. Tiene un rostro inmaculado, todo en él es perfecto.

1 de mayo.

Desde la fiesta he estado ajetreada, padre me  presentó a Ego, estaba tan nerviosa que me temblaba hasta las manos pero se mostró muy dulce Conmigo, bailamos unas cuantas piezas es un chico encantador. Muchas son las ocasiones dónde  vamos a contemplar el atardecer, me habla sobre sus viajes a las distintas tierras es fascinante, ver lo mucho que ya ha viajado.

10 de mayo.

Durante los largos paseos que damos, nuestros dedos se rozan. Hoy por primera vez mientras estábamos sentados en el césped, viendo cómo se ocultaba el sol detrás de las colinas, me ha cogido la mano, al principio me sorprendió pero después vi esa sonrisa que tanto me gusta. Siento una conexión muy fuerte con él, no puedo explicarlo con palabras, en sus ojos puedo ver qué los dos sentimos lo mismo.

15 junio.

Los paseos cada vez son más largo, durante ellos son mas frecuentes sus muestras de cariño, me sujeta la mano mientras caminamos por los alrededores del castillo. Antes de marcharse ha hecho algo inesperado me ha dado un beso en la mejilla. Me he sonrojado ante ese efímero contacto de sus labios sobre mi piel. Después se ha marchado.

30 de junio.

Padre me ha hecho llamar, Sídney nuestra criada me ha conducido al salón. Cuando entre en la estancia, pude ver como mi padre tenia la mirada perdida. En cuanto me ha visto me ha conducido con premura al patio. Todo iba a cambiar de un momento a otro, estaba empezando una nueva guerra que en poco tiempo llegaría hasta nosotros. Antes de dormir solo pude recordar ese instante, ese justo momento en el que ego me besó, un casto contacto que hizo que todo mi ser entrara en llamas.

Había muchísimas más hojas escritas en aquel cuaderno, pero no podía detenerme durante tanto tiempo, por ello lo guarde en mi bolsón. 

En mi cabeza no paraba de dar vueltas ese nombre "Enya", su diario algo privado, no podía dejar de sentirme culpable por profanar algo tan intimo, pero no podía dejarlo atrás ,era como si dentro mí, hubiera una extraña necesidad de llevarlo conmigo, como un amuleto.

Decidí que el mejor momento para abandonar la casa sería por la noche, así nadie podría verme, los guardias estarían delante de la puerta, lo mejor sería dar un rodeo para encontrar otro camino. No me hacía mucha gracia tener que hacerlo ya que, eso suponía retrasarme más. 

Tenía que hacer tiempo hasta entonces, comí un poco de pan duro que llevaba. Me tumbe en el catre dispuesta a dormir después de todo la próxima noche no dormiría nada.

Me desperté sobresaltada, la mujer volvió a aparecer en sueños esta vez había una sombra detrás de ella. Tenía unos ojos preciosos que me miraban fijamente, me tendía la mano parecía que quería que la siguiera pero antes de que pudiera agarrársela, la oscuridad envolvió el prado donde nos encontrábamos. Justo en ese momento abrí los ojos.





Tierra inhóspitaWhere stories live. Discover now