˗ˏˋ 𝕵𝖊𝖔𝖓𝖌𝕾𝖆 ˎˊ˗
↳❝La llegada de esa pequeña cachorra llamada Jeongyeon a la vida de Sana fue como la llegada de un hermoso ángel.
Y en ese mismo momento las dos tuvieron una conexión angelical muy sorprendente. Tanto que Sana...
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Jeongyeon estaba emocionada, ella y Sana estaban a punto de salir, hasta que la japonesa la detuvo.
ㅡ Jeong, te falto ocultar tus orejas y cola ㅡ habló señalando.
Jeongyeon se percató y automáticamente fue al cuarto de Sana para tomar un gorro azul y un saco largo color negro y regresar donde estaba Sana.
ㅡ Hmh... Tus... ㅡ dijo Sana señalando su rostro y Jeongyeon entendió a la perfección.
La híbrida fue nuevamente al cuarto y tomó una mascarilla negra y se la puso.
ㅡ Listo, ya estoy lista. ㅡ habló la híbrida, también estaba sonriendo, pero no se veía porque tenía la mascarilla puesta.
Sana sonrió, ver a Jeongyeon con un saco negro grande una gorra y mascarilla, la hacía ver más tierna de lo que ya era, como una cosita pequeña, aunque con su atuendo normal se veía mejor no podían arriesgarse a que la vieran y que corriera peligro.
Se tomaron de la mano y salieron de casa, en el camino conversaban de cosas al azar, Sana le contaba sobre sus amistades y esperaba que Jeongyeon se lleve bien con ellos.
Llegaron hasta el paradero donde tomaron un taxi, el lugar estaba un algo lejos y tomar un autobús las iba a retrasar más.
Habían pasado cerca de quince minutos y aún no llegaban.
ㅡ ¿Ya llegamos? ㅡ preguntó la híbrida.
ㅡ No aún no... ㅡ respondió Sana mirando la pantalla de su celular.
Jeongyeon hizo un puchero, se estaba aburriendo.
ㅡ ¿Ya llegamos? ㅡ preguntó otra vez
ㅡ Todavía no...
Miró por la ventana y solo veía casas y a unas personas, se preguntaba cuando llegarían a su destino.
ㅡ ¿Ya vamos a llegar? ㅡ preguntó por tercera vez.
ㅡ Que no... ㅡ Sana ya se estaba cansando.
ㅡ Y ahora... ¿ya llegamos?
ㅡ No...
ㅡ ¿Ya llegamos?
ㅡ Que no Jeong, no, faltan como cinco calles... ㅡ le dio un pequeño golpe en el brazo a la híbrida.
El taxi seguía avanzando, y Jeongyeon empezaba a contar las casas porque era eso o su aburrimiento la consumía. Con temor quiso preguntarle a la japonesa otra vez, pero no quería molestarla, aunque igual ella la soportaba.
ㅡ Ahora... ¿ya llegamos?
El taxi freno anunciando la llegada.
ㅡ Si, Jeongyeon, ya llegamos.
Ambas bajaron del taxi y los ojos de la híbrida se toparon con un lugar grande lleno de luces neón, se quedó asombrada ante tal lugar que si no fuera por la mascarilla cubriendo su boca se podría ver que estaba boquiabierta del asombro.
