|𝟏𝟔| ➟ 𝐏𝐥𝐚𝐧。

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Las saladas y abundantes lágrimas recorrían su tibio rostro, rodeando sus mejillas que estaban coloreadas de un ligero tono carmesí

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Las saladas y abundantes lágrimas recorrían su tibio rostro, rodeando sus mejillas que estaban coloreadas de un ligero tono carmesí. No podía creer que la había perdido para siempre, se culpaba una y otra vez, creía que todo esto era su culpa y la desataba autolesionándose, puesto que su pecho estaba siendo golpeado por ella misma a puñetazos.

No podía creer que frente a sus orbes color café estaba el cuerpo desfallecido de quien juró proteger con todas sus fuerzas, había roto su promesa y eso la destrozaba. Las lágrimas amenazaban con salir cada vez más, al punto de llegar a la comisura de sus labios y ser probadas por su cálida lengua.

Lamió sus labios aun con las lágrimas en ellos, y se dirigió hacia aquel cuerpo para tomarlo entre sus delgados brazos mientras sus delgadas manos acariciaban las hebras de su cabello corto.

Acercó su rostro hacia el cuerpo y empezó a dejar pequeños besos alrededor del rostro contrario que se encontraba inconsciente y con los ojos medianamente cerrados.

ㅡ San...

ㅡ No, shhh... ㅡ habló la de orbes cafés mientras seguía acariciando el cabello de la criatura que tenía entre sus brazos. ㅡ No tienes que decir nada pequeña. Perdóname tu a mí.

ㅡ Sana, levántate...

La confusión abundó en el organismo de la nombrada, quien, luego de ver el rostro de la contraria vio todo a su alrededor oscurecerse.

ㅡ Sana, despierta.

Su cabeza dolía, trató de parpadear para poder recobrar un poco de campo visual hasta lograrlo y darse cuenta que estaba en un automóvil. ¿Qué estaba haciendo aquí?

ㅡ Ey, Sana, baja del auto.

Vio a su mejor amiga bajar del vehículo, y la siguió. Su cabeza aún no recobraba la conciencia absoluta, por lo que no se habría dado cuenta que estaba frente a su casa si no fuera porque su mirada se topó a su gato blanco sentado en la ventana.

ㅡ Sana, ¿todo bien? ㅡ esta vez fue Momo ㅡ Abre la puerta por favor que hace mucho frío.

La nombrada sacudió su cabeza, tenía mucha confusión mezclada con tristeza. Ese sueño, no; era una pesadilla, y aquello era lo que la estaba agobiando. Hizo caso a la petición de la híbrida e introdujo sus delgadas manos dentro de los bolsillos de su chaqueta para disponerse a sacar las llaves y poder abrir la puerta de su hogar.

La cerradura rechinó mientras la puerta era abierta y dejaba pasar a las tres presentes.

ㅡ Ey, Sana-chan, ¿segura que todo bien? ㅡ habló Dahyun tomando entre sus blanquecinas manos el rostro de la japonesa. ㅡ Te ves pálida y asustada.

Sana asintió con un poco de dificultad, pues ella misma sabía que no se encontraba del todo bien pero no quería preocupar a su amiga. ㅡ Si, todo bien Dubu, solo tuve una pesadilla mientras estábamos en el auto.

𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 ✧ 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐒𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora