Dra. Im Nayeon ‣ minayeon

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Le dio un rápido vistazo a la pantalla de su celular, detallando que a duras penas habían pasado dos minutos desde la última vez que había hecho lo mismo. Se había quitado el uniforme del hospital, cambiándose a un atuendo más casual. Ahora, en vez del conjunto azul propio del hospital, tenía puesto un jean negro y un sencillo suéter gris que se encargaba de proporcionarle el calor que la camisa blanca no alcanzaba a darle.

No sabía por qué se sentía tan nerviosa. Era absurdo que le estuviera preocupando tanto su apariencia para ir a una cafetería, pero no podía evitar preguntarse si quizá era un atuendo muy casual para el sitio.

Estaba a punto de revisar nuevamente su teléfono cuando vio que su auto se aproximaba. Se apresuró a levantarse de la banca y caminar hacia el encuentro con su hermana, tomando el asiento del copiloto mientras cerraba la puerta del auto tras ella.

Una Lisa mal humorada le devolvió la mirada.

- ¿Y a ti que te pasó? - preguntó Nayeon confundida.

- Nada - contestó Lisa visiblemente molesta.

- ¿Le pasó algo al auto?-

- No-

- Entonces ¿Qué tienes?-

- ¿A dónde vamos? - inquirió Lisa evadiendo la pregunta.

- Bueno, hablé con Mina esta mañana y me contó de una cafetería que está...-

- ¿¡Una cafetería!? - preguntó Lisa, alterándose.

- ¡Hey! ¡Calma! - la tranquilizó Nayeon sorprendida por el escándalo de su hermana.

Lisa solo logró dejar escapar un largo suspiro, mientras dejaba caer su cabeza sobre el volante del auto. Se mantuvo así durante unos segundos para girarse de pronto hacia Nayeon mirándola de manera acusadora.

- Estuve así - dijo Lisa, haciendo una pinza con su dedo pulgar e índice - de declararle mi amor a Rosé, ¿Y tú interrumpiste el momento que esperé por años solo para decirme que vayamos a una cafetería?-

- ¡Ah! - exclamó Nayeon, aliviada - ¿Así que era eso?-

- ¡Santo cielo Nayeon! - siguió Lisa - Tienes una cafetería en el hospital. Casi que frente al hospital tienes cinco cafeterías más. ¿Tan necesario era?-

- Ya, ya - la consoló Nayeon, mientras le daba palmaditas en la cabeza - Seguramente tendrás otra oportunidad con Rosé-

- ¿Y dónde queda esa cafetería? - preguntó su hermana, dejando caer nuevamente su cabeza sobre el volante.

- Queda en el otro extremo de la ciudad-

- ¿¡Que!? - se escandalizó Lisa dejando escapar un chillido dramático - Vamos a llegar mañana-

- ¡No seas exagerada! - la regañó Nayeon - Estamos tan solo a una hora de allí, tampoco es que sea tan lejos-

- Está bien - dijo Lisa, intentando calmarse - Lo haré solo porque eres mi hermana, y porque si mamá se entera de que te agredí físicamente ella me hará lo mismo. Espero que sepas que mi cuenta irá por tu parte-

- Claro hermanita - afirmó Nayeon con una sonrisa - Yo invito-

- La próxima vez recuérdame no pedirte prestado el auto - comentó Lisa, suspirando nuevamente mientras ponía en marcha el vehículo.

Unos populares beats de pop las acompañaban en su viaje, mientras transitaban por calles llenas de tráfico pesado con el aire acondicionado del auto en su punto máximo. Lisa aprovechó la ocasión para contarle a su hermana como había sido más o menos el asunto con Rosé deteniéndose cada cinco minutos para recordarle que por su culpa había fallado desastrosamente en su intento de declararse.