SesshomaruxNaruto (Yaoi) Un Nuevo Comienzo

V

— Kurama nos están persiguiendo —decía mientras saltaba de una forma rápida en los árboles.

—Ya lo sé niño, intenta ir mas rápido.

—No puedo.. Estoy demasiado cansado.

—Vaya, que poco resistes.

—Pues a diferencia de ti, yo me la pase estos años entrenando no durmiendo plácidamente —sacó la lengua en una acción algo infantil.

—Si, si como digas.

Naruto volteó y dió una mirada furtiva al muchacho que les perseguía ¿por qué? —Se preguntaba— después de todo solo los observó por un momento.

—Deja de pensar estupideces y avanza.

—Entonces hazlo tú, ¡te la pasaste sentado todo este tiempo!

— Si tomara control sobre tu cuerpo se derrumbaría aquí mismo.

—Claro —hizo una mueca.

Mientras el rubio avanzaba tropezó con una rama.

—Maldita sea que oportuno.

Cuando el rubio llegó al suelo sintió un dolor en su tobillo si bien no había sido nada grave cayó de un lugar muy alto. Pero en esos momentos eso era lo menos importante, el chico de largas cabelleras se encontraba a unos metros de él ¿examinándolo? Bueno al menos eso parecía, tenía un rostro severo, frió y serio pero solemne y claro apuesto.  Lo miraba con un gran grado de desconfianza y una arrogancia que hacía sonreír al rubio entre dientes al recordar que ese tipo de mirada ya se la habían 'dedicado' tiempo atrás.  Rápidamente Naruto fue interrumpido de su especie de trance cuando el agraciado joven frente a él habló.

—¿Quién eres? — preguntó, el chico mantenía esa especie de aura fría y severa que también detonaba en esa grave y atrayente voz.

—Kurama, ¿qué se supone que debo hacer en estos momentos?

—Chico.. Solo distraelo no tardaras mucho en sanar.

—¿Me lastimé en otro lugar aparte del tobillo?

—En la columna tienes.. bueno ahí te lastimaste también, no es grave solo espera mientras lo soluciono. No intentes levantarte hasta que te lo diga.

—Está bien.

Al terminar la conversación con el bijuu el rubio volvió a quedarse mirando los hermosos ojos de aquel sujeto que lo perseguía sin ninguna razón aparente, al menos para sí mismo, y claro ahora lo miraba furioso y con el ceño fruncido.

—Preguntaste quién soy ¿no?, eso no tiene redundancia— contestó el rubio mirando directo al los ojos a su contrario claro que esto no se notaba con claridad puesto a la capucha que llevaba puesta.

—Quién eres— dijo ahora con un tono más elevado que el anterior mientras que movía su mano en dirección a su espada, el rubio se percató de esto, pero al intentar moverse sintió un dolor agudo en cierta parte de su espalda.

—Yo .. ¿tengo que contestar? —dijo para luego ver como el frío hombre se acercaba a paso lento— espera no te acerques —mencionó lo último con un tono algo severo casi como una advertencia, pero también como una suplica.

—Contesta —paró en seco.

—Yo.. Bueno eres tú el que me persigue y ahora me interroga ¿qué tratas de hacer? —mencionó con un tono de molestia fingido.