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Domingo a las 7 de la mañana

Salí de la casa vestida para hacer deporte con una mochila de color blanco y las auriculares en las orejas. La calle estaba desierta, no habia nadie excepto los que hacian deporte. Corrí lentamente escuchando música y cantando.

Al cabo de 30 minutos me paré en un parque y me senté un momento para descansar. Me levanté después para estirarme los brazos y las piernas. Cuando estaba haciendo este ejercicio, golpeé alguien involuntariamente y la persona cayó al suelo. Me incliné para ayudarle pero cuando levantó la cabeza, me encontré con la maldita sonrisa de Pablo y de repente arrojé su brazo y me levanté

-¿no me vas a ayudar?preguntó intentando levantarse

-¿qué haces aqui? interrogué enfadada

-deporte...como tú contestó reindo

Cerré los ojos un minuto y respiré profundamente. Los abrí de nuevo, lo miré y cuando estaba a punto de dar la vuelta atrapó mi mano

-¿porqué cada vez que me ves huyes como si fuera un fantasma? cuestionó molestado

-eres un fantasma dije cruelmente

-ya te pide perdón por el mal que te hice..yo se que no debía dejarte sola en esta situación sobre todo como tu pa...

Dí la vuelta y empecé a correr. No queria escucharle hablar de la muerte de papa.

2 segundos después escuché alguien llamarme; no queria girarme y seguí corriendo. La persona todavia me estaba llamando. Me paré y suspiré un poco

-¿no puedes dejarme en paz? dije girandome ¿porqué diablo... dejé de hablar cuando ví Adrian mirandome extraño

-¿qué te pasa eres loca? preguntó

-¡Adrian! me exclamé ignorando su pregunta...nunca me dijiste que eres deportista

-tú tampoco respondió reindo

-no lo soy; sólo queria correr para relajarme

-¿regresas a casa? cuestionó

-si

-¿porqué ahora? ven conmigo habló cogiendome la mano

-¿pero adonde? pregunté pero no contestó

Llegamos al "parcours vita" un centro para hacer deporte. Entramos y caminamos hacia el campo de tenis. No se jugar al tenis y tampoco soy deportista; la verdad es que no conozco nada del deporte sólo se correr.

Nos quedamos ahí muchas horas y después salimos.

-¿haces deporte todos los domingos? pregunté

-si, claro ¿y tú?

-yo a veces dije sonreindo

-¿qué harás esta tarde? cuestionó

-iré a ver un amigo

-¡qué mala suerte! y que quería llevarte al restaurante habló decepcionado

Seguimos caminando, charlando y reindo como retrasados.

-me voy dije aqui está la casa

-vale hasta mañana

Me dió un beso en la mejilla y se fue. Andé hasta la puerta, entré y la cerré detras de mi.

-¿estabas haciendo deporte? me preguntó mama

Me asusté y la miré con odio

-¿porqué me miras asi?

-tú siempre me estás asustando hablé frunciendo las cejas

-ayyy niñita tú siempre te estás asustando cuando te hablo...ven, sientate

Me senté y desayuné con ella. Me contó que había encontrado un coronel en su trabajo.

-¿cómo es? pregunté alegremente ¡cuenta cuenta!

-es fuerte, simpático, guapo con ojos verdes y sobre todo es delgado

-¿delgado? pero su peso no es importante mama

-si que es importante, para mi lo es; no puedo salir con un hombre gordo; me aplastará con su peso

Reí a carcajadas mirandola y ella tambien reó

-¿cuando me lo vas a presentar? cuestioné

-cuando las renas tengan pelo dije soltando una carcajada

-¿no me vas a presentar a tu novio?

-no es mi novio

-pero lo será

-es posible. Me invitó a salir esta noche

-¿ah si? ¡qué bien! exclamé

-pues estará sola esta noche

-no pasa nada pero sabes yo tampoco estaré en casa

-¿y adonde irás?

-ver mi imbecil..tenemos una discusión a terminar hablé en serio

-¿qué tipo de discusión?

-¡ayyy mama! expresé ¡tantas preguntas!
me duele la boca no quiero hablar

Me levanté y me dirijí hacia la cocina para fregar los platos. Mama se levantó a su vuelta y subió en su habitación. Bajó 15 minutos después, caminé adonde estaba y se paró justo delante de mi

-me voy de compras ¿quieres algo?

-frutas, ropa, zapatos, bolsos...

-¡ya basta! me interumpió ¡hasta luego!

Salió de la casa y solté un risita diabólica.

***

A las 8 de la tarde salió mama de la casa; yo salí 10 minutos después. Caminé hacia la casa de Javier y me paré delante de la puerta. Llamé y del interior se podía escuchar la voz de Javier

-ya voy mama

Cuando abrió la puerta, entré directamente sin tardar y él me miró extraño. Caminé hacia el salon, me paré y me giré hacia él.

-¿qué haces aqui? habló en voz baja

No respondí y reí

-vete de aqui

No contesté y me senté en el sofa reindo.
Me miró cruelmente, con ganas de golpearme.


El heredero del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora