___ era una chica que se consideraba una buena bailarina, pero un pasado hizo que su sueño de ser la mejor bailarina se convirtió en una pesadilla. Huir del pasado era lo mejor.
Sin embargo, todo eso cambió cuando conoció a dos hermanos idénticos, p...
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Los pies de ___ estaban inquietos y agradecía que estuviera la mesa de por medio para que nadie lo viese. Ni siquiera ha tocado un poco de su copa que, finalmente, se pidió ron blanco con refresco. Principalmente de Coca Cola. Escuchaba atentamente la conversación que estaban manteniendo el grupo, o más bien los chistes malos de Sans, Carrot y Red, que este último eran de los peores por su humor negro. Estaba claro que la peli-(c/c) no estaba cómoda en ese sitio por la música. Ella la amaba y, al mismo tiempo, la odiaba. Deseaba que está tortura acabase pronto para ir a su casa y olvidarse de este suceso. Sin que sus pies estuviesen tan revoltosos como ahora.
Echaba un vistazo a su alrededor viendo los clientes bailar sin cesar en la pista. Algunos no tenían vergüenza. Esas personas no sabían bailar. Se movían a lo loco como si fuera un movimiento de baile. Su profesora les estaría echando la bronca del siglo pidiéndoles que mantuvieran la postura correcta. Cabeza alzada y columna derecha. Sí, las memorias de su pasado resurgieron, pero eran recuerdos bonitos que no quisiera olvidar nunca. Solo aquella tragedia que la atormentaba día tras día. Ojalá hubiera un botón capaz de borrar y seguir con su vida.
—¡Oye, vamos a bailar! —sugirió Chara. Se notaba que bebió unas copas de más porque estaba muy animada.
—¡Yo quiero! ¡Yo quiero! —exaltó Blue.
—Paso, yo me quedo aquí tranquilo.
—¡Tú también te vienes, Sans! —Papyrus cogió a su hermano.
—A mí no me obliguéis porque os aseguro que tendréis un castigo horrible —advirtió Red con una cara de pocos amigos.
—Cobarde —dijo Chara.
—¡No soy un cobarde! —rugió.
—¡Pues entonces sal a la pista y mueve el esqueleto!
Sí, estaba sumamente borracha, pero no del todo. Estaba claro que le gustaba molestar a uno de los trillizos haciendo esos comentarios ofensivos.
—¡Vamos, Edge! ¡¿Tú también eres un cobarde?!
—Sabes perfectamente que tus comentarios no me afectan, humana —aclaró el nombrado manteniendo una postura tranquila y con los brazos cruzados—. Además, no se lo has preguntado al segundo vago.
—Porque yo no tengo necesidad de bailar.
—¿Te vienes, ___? —preguntó Frisk.
—No, me quedo aquí.
Las tres mellizas se miraron, pero no hicieron nada al respecto. Tenían que respetar su decisión, menos con Red que tuvo que ir a regañadientes porque no le gustó la forma en que le trató Chara. ___ se escapó por milagro, aunque estaba acompañada por los dos esqueletos altos. No sabía si huir o estar tranquila en su sitio. Bueno, lo primero es mantener la calma y no pensar en nada. No centrarse en la música.
