Capítulo 8. Cita con el gruñón

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Advertencia: este capítulo contiene contenido sexual. Si no te gusta este tipo de contenido, no sigas leyendo, aunque eso implique que perderás información de la historia.

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___ se encontraba en su habitación escuchando música con cierta tranquilidad. Su tío Timo salió durante una semana debido a una gira en un club que estaba bastante lejos de su hogar. Ella estaba aburrida, solo se limitaba a hablar por WhatsApp con su grupo de amigos por si había alguna novedad. Y en otro chat Carrot contándole chistes malos. Ella no evitaba reírse por lo bajo.

Sus ojos (c/o) se quedaron fijos en el armario recordando de que estaba la caja donde guardó todo lo relacionado al ballet. Sus dedos estaban tentados en abrirlo y recordar esos momentos felices de su vida. Se levantó de la cama con pasos suaves hacia el armario, se puso de puntillas y tomó la caja. Zapatos de ballet y fotos de baile estuvo mirando por un buen rato. Acarició esas imágenes, sobre todo, una de ellas que salían sus padres y su hermano por haber ganado un trofeo en la competición. Le gustaría volver al pasado e impedir ese aquel trágico suceso.

De nuevo un suspiro salió de sus labios intentando pensar con claridad si debería volver a bailar. Una notificación de WhatsApp escuchó. Seguro que era Carrito mandando una foto de él acostado en el sofá para dormir, mientras en el fondo se veía a Blue enojado. Ella tomó el móvil y se sorprendió que el mensaje era del esqueleto más ruin y sádico.

«¡Humana! ¡Le pediré al tonto de mi hermano Red que me teletransporte a tu casa! ¡En cinco minutos estaré ahí! ¡Estate lista!».

—Ni siquiera me ha dejado la oportunidad de responder —farfulló la joven.

Al menos ya estaba vestida, solamente tenía que arreglarse un poco el cabello para estar más decente. Otro mensaje recibió diciéndole que ya estaba abajo en la casa, que saliese porque iban a salir. ¿A dónde? Se preguntaba la joven cogiendo su mochila para salir de la casa. Edge estaba esperándola como un chico malo con su chaqueta de cuero negro, pantalones iguales, botas rojas altas y una camisa representativa al rock and roll.

—¡Andando, humana!

Ni un buenas tardes le daba. Este chico era un maleducado de por sí. La peli-(c/c) apresuró sus pasos para seguirlo porque Edge, en vez de caminar, daba zancadas. Se preguntaba una y otra vez a donde irían porque era una pregunta que nunca recibió. Edge tenía un semblante serio y, al mismo tiempo, pacífico. Él no buscaba guerra. Tal vez quería estar a solas con ella, pero ___ no tenía la habilidad de leer los pensamientos de la gente. Ni siquiera de los monstruos. Pasaban por las calles ante la atenta mirada de la gente. Los humanos más rudos no se atrevería a enfrentarse a un esqueleto muy peligroso y con malas pulgas porque tendrían un destino fatal.

Ella estaba inquieta con todo este asunto. Solo quería pronunciar alguna palabra hacia Edge para que le dijese algo, pero supongo que estropeara el momento. Entonces el monstruo se paró enfrente de una tienda. Ella agrandó los ojos viendo que era una tienda dedicada a la música. Edge fue el primero entrar seguido por ___ cual sumisa obedeciendo a su amo. Había gente de todo tipo comprando los discos antiguos o los cassettes a modo de colección. ¿Hacía cuánto que no veía uno de esos? Estaba fascinada con el lugar. No llegó a imaginar que Edge sería capaz de entrar en un sitio como este. El esqueleto avanzó un poco más llegando a una zona con cascos que reproducen música una y otra vez. Un lugar maravilloso para los tímpanos de ___.

Dos Papyrus diferentes (UF!Papyrus x Reader x US!Papyrus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora