Capítulo 4: ¡Marcos!

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Miro a Marcos a los ojos y Luck viene corriendo. Marcos mira a Luck y se le queda la cara descompuesta y empieza a huir. Corremos detrás de él y Luck le tira una piedra con la que se cae al suelo.

- ¿Y mi hermana?

-¿Qué dices?

- Luck te vio con la furgoneta en la que metieron a mi hermana.

- Es verdad, te ví.

- Yo no la secuestré, solo seguí ordenes.

-¿Qué ordenes? - preguntó Luck

- No lo puedo contar.

- ¿A sí? - dije.

Cogí unas cuerdas y le até las piernas y los brazos, lo llevamos a mi sótano y empezó la acción.

- ¿Qué ordenes?

- Eres una sicópata, suéltame.

- Luck, ¿Tú crees qué soy una sicópata?

- No, eres vengativa.

- Ves...

- Di, ¿Qué ordenes? - dijo Luck.

- No lo diré.

- A sí... - cogí un cubo de agua fría y se lo tiré por la cabeza.

- ¿Quién te manda? - dijo Luck.

- No lo diré.

- Luck trae la gasolina y el mechero...

- No, no no... vale, lo diré.

- Así me gusta- dije yo.

- Vale... a mi me manadan ordenes desde un número privado... me ingresan cinco mil dolares por hacer trabajillos... y no se más.

- Dame tú teléfono, Marcos, ya puedes irte- dije seria.

- No sin mi móvil.

- ¿Es qué no escuchas? Fuera... - Exclamó Luck.

Marcos salió del sótano con la cara todavía más descopuesta que al llegar, y yo igual al pensar que sou una sicópata por maltratarle, pero a la misma vez satisfecha por haber conseguido algo de información para conseguir volver a ver a mi hermana.

Revise todas las llamadas y nada, todoe era demasiado discreto, mensajes desde torres de los seis continentes y llamadas siempre por privado, era inútil seguir, no encontraría nada de todas formas...

Me acosté a dormir, agotada por tanto investigar y me despertó un ruido en el salón.

Me levanté, fui hacia el salón para ver de donde venía el ruido y ví una sombra detrás de mi, me di la vuelta y era Marcos.

- ¿Qué haces aquí?

- Solucionar un problemilla

- ¿En mi casa?

- Si... 

- Fuera de aquí o llamo a mi padre.

- Tengo respuestas sobre los secuestradores y quería abisarte.

- ¿Qué respuestas?

- Se lo que querían realmente.

- ¿Qué querian?

- Mejor dicho a quién.

- No me tengas en ascuas.

- Tú eres el objetivo, y me han dicho que te secuestre.

- ¿QUÉ?

- Pero no lo haré...

- Ya, se que no lo harás, pero ¿por qué yo soy el objetivo? Yo creí que era por dinero, pero entonces daría igual quien fuera la secuestrada.

- Ahora debes protegerte.

- No, no lo haré, buscaré a mi hermana igual que estoy haciendo estos días y no pararé hasta encontrarla.

StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora