- Hijo, ya es tarde, no llegaras a tiempo – la madre del pequeño Choi hacia su mayor esfuerzo para que su hijo se levantara y se alistara para ir a la escuela
- No quiero ir mamá, me siento cansado, por favor deja que me quede aquí ¿sí? – el pequeño hacia su mayor esfuerzo para que su madre lo dejara quedarse, para ser sinceros, no tenía ánimos para soportar las burlas de los chicos de grados mayores.
- Jongho, ya lo hablamos, no me gusta que faltes, además, te prometo que después te llevare con San
Para Jongho el que su madre le haya dicho esto alerto a su mente, pues ver a San significaba ver a Yeosang.
- ¿En serio me llevaras después de la escuela? – pregunto incrédulo el menor, realmente contaba las horas para volvérselo a encontrar
- Claro, seguiré ayudando a tu tía con unos pendientes así que estaremos unos días visitándolos seguido
- ¡Genial! – el pequeño se levantó de la cama de un salto y corrió al baño para ducharse y arreglarse mientras su madre bajaba a ordenar su desayuno.
Se alisto en cuestión de minutos y bajo a la cocina para desayunar lo más rápido que pudiera. Al salir su madre lo esperaba en el auto así que subió no sin antes olvidar su café americano que llevaba todas las mañanas sin falta.
Al llegar, vio como los chicos que siempre lo molestaban estaban sentados en la entrada del pasillo principal, así que en ese momento se le ocurrió una brillante idea. El pequeño, cansado de las burlas decidió tomarse un respiro, por lo que con ayuda de una pequeña mentirita piadosa le comento a su madre que le dolía muchísimo el estómago, ¿inteligente no?
Su madre lo miro con desconfianza, pero Jongho actuó tan bien que pudo convencerla de llevarlo de nuevo a casa, no sin imaginarse que su madre le quitaría su café para que no le haga más daño.
Y así fue como Jongho pudo calmarse, sin café, pero al menos sabía que no estaría en la escuela sufriendo. Ahora estaba en su cama, mientras su madre le ofrecía un té para que su estómago se sintiera mejor.
- Bueno cariño, nos vemos, tengo muchos pendientes con tu tía y no puedo darme el lujo de quedarme aquí, pero Hongjoong vendrá a cuidarte...
- Yo voy contigo – tan pronto como dijo esto, el pequeño Choi salió de la cama de un salto y se dispuso a buscar un atuendo decente para salir
- No, tu estas enfermo, debes quedarte en cama y descansar
- Pero puedo sentirme mejor si voy contigo, además, me gusta pasar el tiempo contigo, por favor déjame ir ¿sí? – Jongho hizo los pucheros a los cuales su madre ya estaba acostumbrada, pero sabía que no le diría que no
- ¡Ay Jongho! sabes que con esos pucheros siempre me convences – ambos empezaron a reír – bien, vamos, pero si te sientes mal, no dudes en decirme ¿de acuerdo?
- Si madre – Jongho sabía que eso no iba a pasar por que en realidad no estaba enfermo, pero prefirió seguirle el cuento a su madre para que no perdiera la oportunidad de ver a Yeosang de nuevo.
De camino a casa de su primo, iba planteándose la manera en la que podría mantener una conversación sin ponerse nervioso, con San era muy fácil, toda la vida hablaba con él, pero Yeosang, era distinto, no quería sentirse callado, quería tener esa confianza para poder expresarse y ser más divertido.
Al llegar, la mamá de San salió a recibirlos, Jongho había olvidado por completo que San todavía estaba en la escuela, o al menos eso era lo que él creía.
ESTÁS LEYENDO
¿ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴏ? - 𝒥𝒪𝒩𝒢𝒮𝒜𝒩𝒢
Teen Fiction- Jongho es mi mejor amigo, pero no me gusta que este con alguien más que no sea yo - Es por que Jongho te gusta - Claro que no - Entonces Yeosang, ¿por qué te enoja que se vaya a casar con alguien más? - Porque... - Exacto, porque ese alguien mas n...