capítulo 2

2.1K 148 9
                                    


ROSE

Salí para hacer un pequeño recado que mi madre me había pedido. No me apetecía demasiado, ya que estaba cómoda en casa y el frío comenzaba a hacerse presente.

— ¡Rose!— escuché mi nombre salir de los labios de alguien.

Me giré y encontré a Kaia viniendo hacia mí mientras se colocaba una fina chaqueta.

— Hola Kaia.— la saludé con una pequeña sonrisa.

— ¿Ibas a hacer algo?

— Solo iba a por un pequeño recado, ¿y tú?

Sabía que mi madre me había advertido de no acercarme a ellos. Pero, ¿como iba a juzgar a alguien sin siquiera conocernos?

— Voy a dar una vuelta, quiero conocer un poco el pueblo en el que vivimos.

— Puedes acompañarme si quieres.— pareció que sus ojos se iluminaban por la ilusión de mi propuesta.

— Me encantaría.

Y sin añadir nada más comenzamos a caminar por las calles de Wilson.
Se notaba que ya las hojas iban a comenzar a caerse para dejar paso a unas más rojizas. Adiós verano.

— ¿Qué hacéis por aquí para entreteneros?

— No mucho la verdad. Lo único más entretenido que encontrarás serán las "fiestas" que monta la iglesia.

— Vaya, suena... muy divertido.— ironizó haciendo que ambas riéramos.

Me gustaba esta chica. Era amable y muchísimo más soportable que todas las niñas repelentes de este pueblo.

Cuando terminamos de comprar lo que mi madre había pedido, pasamos por una cafetería. Por suerte no era la de mi familia. En este pueblo solo había dos, y está mal que yo lo diga, pero la nuestra es mejor. No quería que mi madre me viera con Kaia porque sabría que en casa me daría una charla.

— Por cierto.— habló haciendo que mis ojos fueran a ella.— mi familia organiza una pequeña fiesta de bienvenida y me preguntaba si querías venir.

— Claro.— respondí casi al instante. Creo que no lo había pensado muy bien.— solo dime la hora.

Pedimos dos bebidas y pude notar que a la de pelo corto le gustaba bastante el dulce. Pidió un batido de chocolate con nata y sirope del mismo sabor. Yo solo pedí un simple café, como yo, vaya.

Tuve que despedirme de Kaia, ya que era hora de que llevara a mi madre lo que necesitaba. Entré en el negocio y la pequeña campanita sonó.

— Hasta que llegas.— exclamó mi madre con alivio.— ¿Por qué has tardado tanto?

Mierda. Esa pregunta no me la esperaba.

Recuerda no tardes en responder y tampoco tartamudees. Sabes que tú madre es capaz de oler el miedo de la gente.

— Había mucha gente hoy en el supermercado, se ve que han bajado los precios.

Mentí, y mi madre pareció creérselo.

⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻ · ₍🚂₎ · ⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻⎻

No sabía como había terminado escapándome de casa junto con Leigh y Natalia. Estaba esperándolas a un lado del porche de Leigh mientras las veía caminar de puntillas.

Pensaba que estaban peleadas y no se hablaban, a si que cuando llegaron junto a mi, le di una mirada a Leigh pidiendo explicaciones sobre la situación. Movió los labios sin hablar diciendo que luego me lo explicaría a lo cuál solo asentí.

 𝗕𝗥𝗘𝗔𝗞 | Frey Stein (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora