Cuando ocurren algunos cambios y todo va a de maravilla es posible que las cosas no terminen bien.
-¿Quién dijo que te pertenezco?
Pregunté de forma retadora.
-Tú me lo dijiste mientras te follaba una noche antes de tu boda.
Subí a la camioneta que me llevaría a la iglesia. Iba sola con el chófer, estaba nerviosa pero emocionada, las marcas en mi cuerpo fueron cubiertas con maquillaje antes de que Jules pudiera observarlas.
Después de algunos minutos estaba siendo acompañada al altar por mi papá, la ceremonia estaba transcurriendo con normalidad, estaba a punto de llegar a su final y yo estaba esperando con ansias comenzar mi vida de casada a lado del hombre que amo.
-¿Hay alguien que se oponga a este matrimonio? Si es así hablé ahora o calle para siempre.
Un fuerte estruendo se escuchó, las puertas de la iglesia habían sido abiertas de par en par dejando ver una gran cantidad de camionetas fuera de la iglesia, muchos hombres rodearon a todos los invitados.
-Si alguien se mueve tenemos la orden de matarlos -hablo uno de los hombres que llevaba aquel traje blanco, todos eran iguales.
Un miedo impresionante se apoderó de mi, ¿Íbamos a salir con vida de aquí? ¿Por qué hoy? ¿Será algún tipo de karma por engañar a Alec ayer? ¡Mierda! Mi cabeza estaba hecha un lío, mis piernas estaban temblando.
-Amor, todo va a estar bien.
Hablo Alec en un susurro intentando calmarme. Asentí con miedo. Estaba tan perdida en sus intentos de calmarme que no me di cuenta de que alguien más había entrado.
Un hombre alto, llevaba un traje negro extravagante con lentes del mismo estilo. Un tatuaje, el tatuaje me hizo temblar más.
-Pensé que al menos dejarías una invitación, me hubiera gustado llegar a toda la ceremonia -menciono acomodando sus guantes blancos.
-N-no, no -mi voz tembló, no podía articular una palabra clara, no sabía si era por el shock o por el miedo... incluso podían ser ambos.
Se acercó hacia mi, dió un disparo en el hombro derecho de Alec cuando intento detenerlo. Estaba a punto de caer de rodillas cuando me sostuvo el hombre de la noche anterior.
-¡Alec! -grite con todas mis fuerzas.
-Tengo muchas cosas que conversar con la novia. Con o sin su permiso me la voy a llevar, si alguien intenta buscarla... -hizo una mueca como si estuviera pensando.- Es mejor que no la busquen.
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Estaba en una habitación que no era mía, aún tenía el vestido puesto, no me habían hecho nada, por ahora.
Me levanté de la cama para buscar una salida pero era imposible encontrar una. Sentí que alguien se acercaba y corrí de regreso a la cama. Era el.
-Princesa, que bueno que despiertas.
-Solo, no me toques, por favor.
Hice que mi voz saliera lo más clara posible pero era inútil. Mi corazón estaba acelerado, sentía miedo pero... había un maldito pero que no sabía cómo explicar.
