Me dirigía hacia el restaurante que se encargaría del banquete de mi boda, sería en dos semanas, teníamos casi todo listo, todo iba a ser más que perfecto.
Alec y yo habíamos decidido casarnos en Tokyo, cuando enviamos las invitaciones mandamos boletos para cada persona.
Llevamos diez años juntos, ambos estamos muy enamorados, sabes a la perfección cuando el sentimiento es mutuo y estoy completamente segura de que es así.
Baje de la camioneta observando a mi prometido junto a mi hermana, Jules es la mejor hermana que pude tener, dos años menor que yo pero siempre tuvimos una buena relación.
—Hola mi amor —hable acercándome a el.
—Te ves hermosa —dijo tomando mi cintura.
—Creo que también estoy aquí —señalo Jules haciendo señas raras con las manos.
—Vamos a entrar o llegaremos tarde a la cita.
Ellos asintieron y entraron atrás de mi. El chef encargado de todo nos mostró varias opciones de cada cosa, escogimos la botana, el primer plato, plato fuerte y postre. Ahora todo estaba completamente listo.
Decidí salir más temprano de la empresa para arreglarme he ir a mi despedida de soltera, sería en un bar muy exclusivo, Jules estaría conmigo la última noche de mi soltería... o eso pensaba yo.
Llegué a mi departamento para arreglarme, tome una ducha, seque mi cabello y lo deje suelto, me puse el vestido rojo que compre hace unos días, ate mis tacones altos del mismo color y salí rumbo al bar.
—_____!!! Vamos a disfrutar la noche de hoy —jalo de mi brazo y me llevo a una mesa.
Pasaron dos horas bebiendo, bailando, disfrutando la noche hasta que ella recibió una llamada.
—¿Necesitas algo? Ajá. Voy para allá, no tardo.
—¿Quieres que te acompañe? —hable en un tono un poco alto debido a la música.
—No, no es necesario, será mejor que te quedes aquí disfrutando tu noche, recuerda que mañana te casas y necesitas pasar tu última noche sola.
Dicho esto ella se fue lo cual fue un poco extraño, nunca me deja sola además de que no acepta inmediatamente ver a alguien que no sea yo. Creo que me he perdido de mucho estos últimos años a pesar de que intente estar presente cada vez que lo necesitaba.
Aún no estaba ebria así que seguí bebiendo, termine en la pista de baile perdiendo me entre la música cuando siento un aliento en mi cuello. Di la vuelta observando a un chico de cabello corto teñido de morado, llevaba un traje con la corbata un poco suelta cosa que por alguna razón me pareció jodidamente sexy.
Sentí sus manos presionando mi cintura para atraerme más a él. Mi celular vibró en ese momento, tal vez intentando que entrara en razón, que hiciera la aclaración de que soy una mujer a punto de casarse, no debo fallar a mi prometido a pesar de eso... pero... por alguna razón no pude evitarlo.
—¿Qué hace una bella dama a estas horas de la noche bailando sola? —susurro cerca de mi oído haciendo que soltara un ligero suspiro—. ¿Me permitiría acompañarla el resto de la noche?
Solo asentí, su voz era sensual, ligeramente ronca, su aroma era peculiar, menta con tabaco y M&M. Una combinación extrañamente deliciosa.
Soy una mujer comprometida, me caso en unas horas y me encuentro bailando muy sensualmente con un hombre que no conozco, ni siquiera sé su nombre o el sabe el mío.
Mi vestido era poco a poco levantado, sentía el frío de sus anillos recorriendo el interior de mis muslos, su respiración en mi nuca. Fui completamente embriagada por su presencia.
De un momento a otro me encontraba de rodillas ante el.
Lamía la punta de su glande, el reprimía sus gemidos mordiendo su labio. Una de sus manos sostenía mi cabello. De una estocada metió todo su miembro en mi boca, sentí una arcada pero intente contenerla, deje que me follara la boca a su antojo, estaba vez le pertenecía todo de mi.
Algunas lágrimas salieron de mis ojos. Mis bragas estaban mojadas, necesitaba atención, lo necesitaba partiendo mi cuerpo con su miembro.
Introduje dos dedos dentro de mi mientras pasaba mi lengua por su tronco e introducía lo que podía de el.
—No te di permiso de tocarte.
Señalo jalando mi cabello para que lo mirara a la cara.
—En cuatro arriba de la cama.
Ordenó quitando su cinturón.
—Si no estás dispuesta a soportar lo que sigue te recomiendo que acomodes tu vestido y salgas del hotel. ¿Vas a aceptar todo lo que sigue? —pregunto con un tono serio que mojo más intimidad.
—Estoy dispuesta a todo.
Si de algo estaba segura era de que quería que me diera la mejor follada de mi vida.
Recargo mi cabeza al colchón dejando mi culo más arriba, a su total disposición.
—Apartir de ahora no tienes permiso de hablar a menos de que yo haga una pregunta. Escoje un número de dos cifras preferiblemente pero si solo quieres una está bien.
—Ocho —hable sabiendo lo que venía.
—Me parece un buen número. Vas a contar y si pierdes la cuenta volveremos a comenzar.
Entonces el dió el primer azote.
—Uno.
Aquella sensación completamente nueva me invadía, ese placer de ser dominada me invadía, el segundo azote fue al otro lado.
—Dos.
Estos continuaban y sentía que mis fluidos iban a salir, mi tracero ardía de una forma deliciosa.
—Queda el último, fue bueno mientras duro. Ahora una pregunta, ¿A quien le perteneces?
El último azote fue dado con más fuerza, quería correrme pero no podía hacerlo.
—Ocho. Te pertenezco a tí.
Y fue cuando sentí el dolor más placentero que había sentido en mi vida. De una estocada entro en mi. No era la primera vez que tenía sexo pero si la primera vez que un miembro tan grande estaba dentro de mi.
—Valla, una mujer comprometida se siente mejor que una soltera, bien dicen que lo prohibido se disfruta más.
Abrí los ojos de golpe, mierda, estaba engañando a mi prometido. ¿Lo peor? No sentía nada de culpa.
—No te preocupes, no me interesas para nada más que una noche. El día de tu boda podrás recordar esto como una despedida de soltera.
Dió una estocada más fuerte, sentí sus labios en mi espalda, estaba dejando mordidas. Mis paredes poco a poco lo apretaban más, aquellas manos envolviendo mi cintura tan fuerte que en cualquier momento me partiría, sus jadeos excitaban cada parte de mi.
Estaba al límite y creo que el también, quitó una de sus manos de mi cintura para masajear mi clítoris.
Llegamos a un orgasmo magnífico.Ya está amaneciendo y amanecí a lado de un hombre que no conozco, quisiera saber su nombre, no, no debo, me caso en horas y no puedo fijarme en el.
Revise la hora en mi celular, eran las seis de la mañana, en mi cama estaba un chico muy sensual desnudo. Pude ver un mensaje de un número desconocido pero decidí ignóralo, ahora tenía que llegar a mi departamento.
Al entrar pude ver a mi hermana esperándome en el sofá enojada.
—¿Dónde pasaste la noche?
—Antes que nada, buenos días hermanita —hable intentando aligerar el ambiente. —Pase la noche en la habitación de hotel que tengo reservada para cualquier emergencia.
—¿Paso alguna emergencia por la cual no pudieras regresar?
—Era demaciado tarde, había bebido de más, era peligroso que regresara. Además no paso nada más.
Tampoco era como que le iba a decir, me dieron la mejor follada de mi vida.
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𝚂𝚘𝚖𝚎 𝙲𝚑𝚊𝚗𝚐𝚎𝚜 - 𝚁𝚊𝚗 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒
FanfictionCuando ocurren algunos cambios y todo va a de maravilla es posible que las cosas no terminen bien. -¿Quién dijo que te pertenezco? Pregunté de forma retadora. -Tú me lo dijiste mientras te follaba una noche antes de tu boda.